Amor en Quantico

Quantico: Una historia de amor

Habían llegado a primera hora de la mañana, con los nervios a flor de piel. Como dos niños que comenzaban sus clases en la escuela. Pero esta vez era en la Academia. Dana tomó su arma por primera vez notando el peso de esta en su mano con una sensación muy extraña. Aun que no era de verdad pues era una réplica perfecta, era casi como llevar una. Las primeras clases en la academia eran así. Había también que conocerse. Sobre una mesa estaban los informes de los compañeros, había que tomarlos y hacerles preguntas. En realidad nadie sabía lo que ponía en los informes de uno mismo, así que las preguntas podían ser de sorpresa.  Durante la noche Dana Scully se puso a leer con detenimiento el informe del hombre que le había  tocado. Era un hombre guapo, atractivo, con una mirada muy interesante. La pelirroja acarició suavemente la foto y comenzó a Leer.

No se lo podía creer, aquello parecía una novela de ciencia ficción. ¿Qué demonio podía preguntarle al hombre que creía que su hermana era Abducida? Le llevó toda la noche el elaborar unas buenas preguntas para su nuevo compañero  de interrogatorio, porque la cosa prometía. A la mañana siguiente,  estaba todo preparado, las salas para los interrogatorios que eran visualizados por los demás compañeros y los profesores. Verle en persona le causo una extrañeza, parpadeó dos veces con una leve sonrisa, y cuando le toco a ella hacerle el interrogatorio no le tembló ni la voz. No lo conocía, así que no había nada que le vinculara a  tener miedo para preguntar, lazos de amistad o lo que fuera. Y por eso mismo Dana fue al grano. 

- ¿ Donde estaba usted el día que su hermana Samanta desapareció?-  el se quedó un poco paralizado. Habían hecho esa pregunta bastantes veces, ladeo la sonrisa un poco - Estaba con ella, lo que dice en el informe es lo que vi- Le quería poner en una situación acalorada delante de sus compañeros. Y no, no es que Dana Scully fuera mala, pero tenía su propia visión de la verdad. No entendía como un hombre como el había entrado en el FBI. La pelirroja continuó con las preguntas de manera pausada, una detrás de la otra cada vez más irritante. De manera que el se vengaría cuando le tocara a el, por que casualmente habían estado destinados a preguntarse el uno al otro.  Arrastró la silla se acomodó en frente de ella en el puesto donde ella misma se había sentado y la miró a los ojos. Mulder no había mentido ni por asomo en sus palabras, por lo que ella seguramente tampoco lo iba a hacer.

-¿Cree usted en Dios Agente Scully?-  La duda era algo que caminaba detrás de ella como una sombra apegada a su alma, como algo que se impregnaba en ella dejando una marca imborrable. Aun que estaba criada en un ambiente católico, ella no creía más que los ojos alcanzaban a ver.  No había mas trapos sucios en ellos que la simple fé. Sin embargo había compañeros que habían ocultado cosas grandes, como enfermedades mentales o simplemente haber asesinado alguna vez. Ellos dos tenían un expediente limpio a pesar de tener puntos de vista sobre la propia vida diferentes. Los ojos de la preciosa Scully se clavaron en los de el viendo que tan horrible no iba a ser , aun que odiaba hablar de su vida personal.

- No no creo- Dijo firmemente con la mirada elevada, casi orgullosa de sus palabras. Sin recordar en que momento había dejado de creer de aquella manera. Pues era la fé la que movía el mundo. Había negado su fé delante de el cuando en su familia no lo había hecho, y sabía que no sería muy bueno hacerlo. Pero hablar ante un desconocido no era tan complicado como estar delante de su madre y decirle que no pensaba que el mundo se hubiera formado por un Dios, y que había cosas mas cercanas, teorías mucho mas cercanas que si eran factibles para ella. Era así de sencillo, y así era ella, tenía que ver para creer. Los dos se amoldaron a cada pregunta,  no había nada interesante en los expedientes de ella, pero en el... ¿ Qué tipo de persona afirma que su hermana ha sido abducida?  No lo sabía pero quería saberlo. A Scully, Mulder le parecía muy interesante. De hecho, en las siguientes semanas de pasar esas pruebas le tocaba con ella siempre. Su habitación estaba enfrente de la de ella. Y ella compartía habitación con una chica que no hablaba. Lo cual hacía que aunque Dana tampoco era muy dicharachera cuando viera a Mulder le diera por hablar. 
- He estado haciendo algo de ejercicio antes de ponerme a pegar tiros para probar puntería-  Con algo de énfasis y energía. Justo el estaba con una hamburguesa en la mano. - Que energía- comentó el dejándola algo de espacio. Scully se colocó en la mesa con su ensalada mientras la aderezaba miraba a Mulder comer aquella hamburguesa enorme. En las prácticas de tiro se ponían uno al lado de otro se miraban , después de todo se picaban en ejercicios así , pero se estaban llevando bastante bien. Pero los planes de Dana se verían truncados por un cambio de clases, pues ahora  tendrían unas clases de defensa personal .  Constaban de ejercicios donde se empleaba el cuerpo para hacer llaves y zancadillas y salir victorioso de una lucha, lo mejor para bajar la comida que se habían estado metiendo en el cuerpo.

Unas mallas negras y un top planco dejando ver su vientre y una coleta alta era el atuendo y la imagen que mostraba la hermosa futura agente del FBI , el con un pantalón de deporte y una camiseta de tirantes negra apareció en el borde de la puerta, pues había llegado algo tarde.  Como no les tocaba juntos, comenzaba la lucha cuerpo a cuerpo.  Mulder atacó a Scully siguiendo las directrices, y ella como buena estudiante lo tiró en el suelo con una llave. 
-¡ Ha! Te gané - dijo con una medio sonrisa con el debajo. Lentamente se retiró, cuando estaba indefensa el se abalanzó por detrás tomándola de las muñecas. - Y ahora yo- No pudo evitar reír en alto siendo  llamada la atención por el maestro que los enseñaba.  Scully se sonrojaba  tapando sus labios y se retiró suavemente el cabello hacia un lado. Cuando se calmaron continuaron con los ejercicios a la perfección hasta llegar la tarde.