_3. La decrépita, los repetidos, un inexpresivo y el puberto.

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Todo había salido bien después de todo, la misión no había sido tan difícil, pero sin duda alguna hubiera sido más asequible si la ineficiencia e inexperiencia de las chicas sobre el campo de batalla no se hubiese presentado para obstruir la llegada al objetivo principal de la misión. Seguramente todos pensaban éso, puesto que ellos no se equivocarían en una misión así de factible, éso hace evidente que no todo sale tan bien en el primer intento ¿intentos en mayor cantidad las perfeccionaran e incrementaran sus habilidades? Nadie lo sabe.

Christian se encuentra en su oficina en éste momento, puesto que se había retirado luego de haber recibido el informe sobre la misión. Y según todos los que asistieron a ella "Todo salió más que bien". Pero, ¿y las armas? ¿es que él no había notado que la parte más importante de la misión no estaba presente? Quizá sí se había percatado de que no todo había salido tan bien como ellos aseguraban y decidió darles la oportunidad de arreglar lo que hicieron mal. Al fin y al cabo lo que quería eran ésos aparatos; cosa que sin ellos, no conseguiría.

Los Ángeles, California.

Base de la mafia Bad Blood.

-¿Saben? Tengo la vaga sensación de que nos faltan cosas.-comentó Blair, frunciendo el ceño y dejando las armas en sus respectivos lugares.

-Imposible, es decir, cargué todo nuestro equipo con ayuda de Dylan.-dijo Gavin, frunciendo el ceño.

-No, no me refiero a éso. Me falta algo que me irrite, algo molesto y estúpido... no, no eres tú Cassie.-añadió rápidamente, al notar a la pequeña rubia que se les unía.

-Lo que les falta no es algo, sino alguien, y no solamente uno, idiotas.-soltó Cassie, quien estaba jugando con su criminal oso de peluche.

-¿Qué?-preguntó Blair-, ¿de qué hablas, rubia?

-¡¿Dónde están Terrence y Eleonor?!

La puerta del lugar fue abierta de un golpe, dejando ver a Simon, quién entró al salón sobresaltado. Sarah estaba detrás de él con la misma apariencia.

-Ah, claro. Clayton.-dijo Blair con una mano en su frente, sonriente por haber recordado.

-Les dije.-comentó Cassie, que se había arrojado sobre una mesa vacía con indiferencia.

Arlington, Virginia.

Base de El Pentágono.

-Entonces, ¿me estás diciendo que los micros se hicieron mierda?-soltó Terrence con la frustración a tope.

-Ya que nadie ha venido a ayudarnos con las armas en dos malditos días, los cuales llevamos recorriendo la parte subterránea del edificio El Pentágono, temo decirte, querido Terrence, que sí, así es, y los micros ya no están en funcionamiento. ¡Pero no logro entender por qué nadie ha venido a ayudarnos para llevar las armas! Es decir, son armas tecnológicas de gran valor y dejan a dos fresos y a un pobre adulto frustrado cargando con ellas ¡¿pueden, ustedes, explicarlo?! ¡realmente lo dudo!-dijo Clayton en tono de burla y frustración.

Sus cuerpos estaban asquerosamente sudorosos, pero no era nada de otro mundo si tomaban en cuenta dónde estaban. Dos días recorriendo conductos cargando bolsos enormes con armas tecnológicas, para nada livianas. Este, no era un viaje al cual se le llamaría higiénico.

-Mira idiota, yo sé que estás irritado, tienes hambre, sed y seguro te vino, pero no tienes ningún derecho a creerte superior sólo por tener siete malditos años más que nosotros, las cosas no funcionan así ¿sabes? Yo también me encuentro sudada, olorosa, con hambre y sed, pero no te estoy gritando cosas hirientes, porque a diferencia de ti, YO si entiendo que no eres el causante de que nos esté pasando todo ésto, ¡y ya ves que las ganas de gritarte me sobran! eres insoportable. Estoy segura de que no sabes lo que es soportarte soltando incoherencias durante el camino por los asquerosos cinco pisos de éste estúpido lugar.-masculló Eleonor, quien estaba detrás y ahora frente a frente de Clayton. 

Creciendo en la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora