Parte de mí se estaba arrepintiendo por estar en estos momentos donde estaba. El viaje se me estaba haciendo muy largo y empezaba a sentirme algo incomoda. ¿Por qué mentir? Estaba asustada.
Apenas conocía al chico que conducía. Mejor dicho, no sabía nada de él, simplemente era el hombre con el que estaría casada en un futuro y que tendría un hijo con él. Muchas veces me dedicaba unas miradas rápidas aunque segundos después enfocaba su vista en la carretera.
Ya no aguantaba más tiempo quieta e inconscientemente empecé a moverme causando que Aarón se preocupara por mi situación:
— ¿Estas bien, Melanie? – cuestionó regalándome una mirada rápida.
— Uh... ¿Falta mucho para llegar? – pregunté algo entrecortada mientras escondía mi rostro un poco avergonzada.
Él no tardó en soltar una carcajada haciendo que me encogiese todavía más. Entonces disminuyó un poco la velocidad y volteó hacia mí.
— Me acabas de recordar lo impaciente que era cuando era pequeño. – dijo entre risas. En cambio, yo me limité a arrugar el entrecejo un poco-bastante molesta por su comentario. — No te enfades preciosa, falta poco.
— No me llames preciosa. – repliqué y rápidamente volteé hacia la ventana.
— ¿Acaso no eres preciosa? – le escuché decir en un susurro. Eso ocasionó que me dice la vuelta otra vez y que enfocase mis ojos en los suyos.
Mi cabeza no daba para una respuesta a esa pregunta, aunque quería contestarle y no dejarle con la última palabra en la boca no pude hacerlo. ¿Porque siempre lo bueno se nos ocurre después de un tiempo?
Querido celebro; piensa cuando toque por favor.
Pero aun así no se salvó de una mirada asesina.
Aarón tenía razón. No habían pasado ni cinco minutos de nuestra pequeña "discusión" y ya habíamos llegado a ese supuesto lugar. Mis ojos no vean nada fuera de lo normal, pero mis oídos escuchaban una música muy subida de volumen en los alrededores. Bajé del vehículo y eché un largo y pausado vistazo por toda la zona. La noche no ayudaba mucho en aquel lugar ya que apenas había ninguna fuente de luz artificial. Pero aun así pude ver desde lejos un edificio.
Un miedo desconocido recorrió por todo mi cuerpo al ver aquel sitio tan poco conocido. ¿Y si...?
Melanie por favor, no pienses en nada. No pienses en nada.
Me repetí una y otra vez en mi cabeza para evitar recurrir a situaciones imposibles. O al menos eso es lo que quería creer.
Me volteé hacia el coche ya que notaba una gran ausencia a mi lado. Aarón se encontraba aún dentro del vehículo y por un extraño motivo no bajaba de él. Preocupada me acerqué un poco hacia este y abrí la puerta del copiloto.
— ¿No habíamos llegado? ¿Qué mierda de lugar es este? – mi voz no pudo no sonar más molesta. Entonces me di cuenta de que este se encontraba ocupado conversando por teléfono. En un movimiento rápido se llevó el dedo índice hacia sus labios para pedirme silencio, a la vez que una pequeña sonrisa de agradecimiento se dibujaba en sus labios.
Entonces me limité a quedarme en el sitio mientras mis ojos seguían paseándose por aquel sitio tan poco conocido. Aquella música estaba sonando demasiado fuerte y seguramente venia de aquel local.
— ¿Nos vamos? – escuché preguntar a la voz masculina que me había traído hasta aquí. Y de repente aquel sonido tan molesto desapareció. Ya no se escuchaba nada.
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Una carta para Melanie (sin editar)
Teen Fiction❝Cuando crees que lo posible es imposible, es cuando no te tienes que rendir.❞ «¿Qué pasaría si recibieses una carta de ti misma del futuro con el objetivo de cambiarlo todo? Bueno, todo no, pero cambiar errores, juntar personas que no estaban desti...