A mediados del 2008 mi mamá tomó la decisión de devolvernos a Venezuela ya que en España nos hacía daño por todos los recuerdos, la soledad y la tristeza.
Aun recuerdo como si fuera ayer los fines de semana que pasaba con mi Padre arreglando el techo, lavando el carro, arreglando el jardín o simplemente estar en la casa los tres juntos.
Una vez en Venezuela mi mamá aun seguia en depresión y cada vez subía más de peso y las noches de llano aumentaban.
Hasta que un día ella me vio fijamente, se secó las lágrimas y dijo "Hijo, voy a cambiar por el bien de los dos" Eso en verdad marcó mucho en mi vida...
Después de un tiempo ella bajó de peso, se metió en un gimnasio y trato de cambiar como era antes.
Por mi parte, después del fallecimiento de mi Padre nunca fui el mismo, me costaba llorar o tener sentimientos, la gente me decía que era raro aunque nunca le di importancia.
Cuando comencé el colegio aquí tuve que repetir 3er grado ya que no pude terminarlo allá, al principio estaba asustado porque no quería pasar por lo mismo que pasé en esa escuela...
El primer día hice un montón de amigos, me sentía en casa...
No tuve problemas con nadie y todos fueron muy amigables.Una vez en 1er año todo fue diferente para mi, ya que era un ambiente totalmente diferente, tenían bromas muy pesadas que al principio no entendía y me costó adaptarme ese año
El 2do año fue más fácil para mi ya que me había relacionado más con los chicos de mi salón, hablaba ya con muchas personas y no me costaba expresarme.
El 3er año para mi fue el mejor y que estaba al 100% adaptado, era uno del "combi" así llamábamos a nuestro grupo, es ese año bajábamos Santamarias de los locales, teníamos una guerra con todos los locales del Municipio San Diego y hacíamos desastre en el liceo.
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Las Cicatrices Nunca Sanan
NonfiksiEs una historia basada en hechos que han sucedido en mi vida