Necedad.

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Empuja fuerte, con desesperación a cada rebato, liberando tensión.

En cada gemido del sometido, en el deseo de saber más, va a más profundidad.

Necesita de salir de algún modo.

El asesino no se detiene al sentir la sangre recorrer a gota perezosa en sus brazos.

Hasta que mancha las sabanas y la mano que aprieta fuerte en el ante brazo de Altair, tratando de que baje la dureza de las embestidas, pero no hace caso, como siempre.

Las palabras no llegan a él. Las palabras de Malik no tienen efecto, no ahora cuando Altair está tan perdido en su memoria.


Que necio....

Novicio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora