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Las olas se podían escuchar perfectamente chocar contra la orilla, la arena se mezclaba con el mar creando un color verdoso, Zack estaba sentado observando más allá del horizonte, había un poco de aire frío, perfecto para el calor del lugar, las palmeras bailaban a un compás lento y relajado, solo se escuchan las olas y su canto.

Zack llevó su mano a su pecho, tomó el pequeño collar y lo acarició con la yema de su dedo, cerró sus ojos con el amargo recuerdo, llevaba años en aquel lugar y aunque podía llegar a sentirse atrapado, aquella vista nunca le cansaba.

Observó sus manos callosas, si igual lo viera hoy en día jamás lo reconocerían, solía ser muy delgado, un enclenque, era pálido y callado y jamás había levantado ni una herramienta, mientras que ahora era muy fornido y musculoso, su piel estaba bronceada por el sol de todos los días, construyendo cada una de las cosas que necesitaba para sobrevivir.

Pero aunque había cambiado físicamente, seguía siendo aquel pintor tímido que se había enamorado hace muchos años

-¡Pedazo de mierda!- escuchó una voz gritar desde adentro de su cabaña

Ruidos de cosas cayendo y rompiéndose llegaban desde la cabaña y la voz de ella soñaba irritada y molesta.

-¡Carajo!- gritó de nuevo

Zack negó con la cabeza riendo, no la veía desde hace tiempo y la recordaba exactamente igual de agresiva, se levantó de donde estaba y trotó hacia la cabaña para revisar que todo estuviera en orden.

Todo no estaba en orden.

La cabaña era un desastre, había comida tirada por todos lados, vasos rotos y ollas abolladas, la cama estaba destendida, las sábanas en el piso y las almohadas en diferentes partes de la casa. En una esquina podías ver un delicado cuerpo sentado en el piso sin poder flexionar sus piernas, sus brazos colgaban a sus lados, su cabeza estaba gacha mirando directamente al piso, se podía escuchar su respiración profunda y rápida, tenía marcas de moretones y rasguños en sus brazos y su famosa cicatriz en el rostro se podía notar.

-¿Qué estabas haciendo Leash?- le preguntó Zack con el mismo tono despectivo de siempre

Leash tan solo lo miro, ella no parecía para nada la edad que tenía, su piel era blanca y suave, parecía de un bebé recién nacido, su cabello era brillante, rojo, había crecido el año pasado y ya estaba por debajo de sus hombros y tenía un gran volumen.

Su sonrisa incluso parecía de una adolescente, sólo si la mirabas directamente, si la mirabas profundamente a los ojos, solo así podrías notar lo adulta que era, era un ojo azul y uno blanco, maduros, cansados y aturdidos, como si esos ojos hubieran pasado todo lo que su cuerpo no pasó, los ojos de Leash lucían desechos y apunto de cerrarse en cualquier momento.

-Solo quería ponerme un pantalón- dijo en un susurro- un maldito pantalón-río- pero ni siquiera pude levantarme del suelo, me caí en todo y cuando me sostenía de algo no tenía la fuerza de aguantarme a mí misma, soy una inútil, no puedo hacer nada- dijo Leash empezando a derramar algunas lágrimas, se sentía desesperada.

-Eso no es cierto, Leash, apenas te estás curando, es incluso sorprendente que puedas hablar tus hermanos dijeron que pronto tendría el resto de la poción para que pudieras tener más fuerzas- aseguró Zack

-Es que tengo que hacer algo, todo el mundo está preparándose para la batalla y yo aquí como estúpida sin poder ponerme un pantalón, soy la mayor de las hermanas que tienen la marca, me veneran ¡imagínate lo que dirían si me vieran así!- dijo con lágrimas

Zack la miró confundido, con una sonrisa en su rostro.

-¿Desde cuándo te importan lo que digan los demás?-le preguntó Zack-Eres Leash Salazar, las personas o te temen o te admiran, qué importa lo que digan tus amargadas hermanas, Leash, cuando te recuperes nada podrá detenerte- le aseguro

Leash lo miraba con ojos llorosos, se apretaba los labios para tratar de no llorar, pero eran lágrimas silenciosas, a veces salían y ni siquiera lo notabas, Zack la tomó por los brazos queriendo levantarla.

-Me olvido- susurró Leash

Zack la soltó y observó su rostro con preocupación, no sabía qué decirle aún más en el estado que se encontraba ella.

-Sí, Sade me dijo cuando vino- susurró asintiendo, aún sin poder creer que esto estaba pasando

-Tal vez todo este tiempo me equivoque- dijo hablando más con ella misma que con Zack- ¿Me amaba? Tal vez eso creía él- dijo mirando el piso, cuestionando los últimos años que pasó con él

-Leash, él te ama muchísimo- aseguró con énfasis

-Amaba- lo corto- Ni si quiera me recuerda- lágrimas seguían cayendo de sus ojos- Hice todo esto por el, morí por él, me sacrifique por él, estoy sufriendo, me cuesta respirar, no puedo moverme y aveces no sé ni dónde estoy, lo hice por qué lo amaba y quería protegerlo-dijo Leash- Y lo arruino todo, al perder la memoria está aún más en peligro, yo primero hubiera muerto antes de olvidarlo, él....-pero las lágrimas la cortaron desconsoladamente

-Leash- dijo Zack- Por favor créeme, te ama, ha hecho estupideces, muchas estupideces, pero te ama, en verdad te ama- aseguró Zack intentando hacerla sentir mejor

-¿Cómo lo sabes?- preguntó Leash apenas audible

Zack la miró arrepentido, titubeaba un poco nervioso, su mirada la llevo al suelo sin saber qué responder.

-Cuando perdí a Margaret- dijo él después de unos segundos- El dolor que sentía, era incomparable- susurró- Entiendo por que hizo lo que hizo- aseguró- Yo también intentaría olvidar- le respondió

Leash inmediatamente dejó de llorar, lo miró sorprendida pero calmada a la vez, se quedó mirando a su alrededor durante un minuto.

-Lo lamento- dijo Leash con sinceridad

-No tuviste la culpa de nada, no tienes que lamentarme nada- dijo Zack con una mueca

-Murió por mi culpa- dijo Leash tragando saliva

-Stephanie- dijo Zack con voz seria-Nunca- la observo- Nunca en tu vida vuelvas a decir eso- la miro con una intensidad profunda que hizo a Leash asentir

-No sé qué haría sin ti Zack- le sonrió Leash

-Andarías sin pantalones tumbando vasos por toda la casa- dijo encogiéndose de hombros

-Gracias-dijo- En verdad-repitió

-No te preocupes hija- dijo besándole la frente con cariño

No Me Olvides- 3 (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora