Si os hicieran la pregunta: ¿Qué diferencia hay entre una ciudad y otra?, ¿Qué contestaríais? Probablemente, la mayoría pensaría en monumentos, calles, parques, mares, etc. Sin embrago, yo pienso en personas.
Soy de recordar bastante a la gente que me marca (cosa que no es demasiado buena ya que siempre acabo echando de menos). Cada recuerdo de esas personas viene acompañado de un sentimiento. Es algo parecido a lo que me pasa con las ciudades.
Para ser sincera, desde hace mucho tiempo le tengo un cariño especial a Sevilla (la imagen es de allí). Y de repente aparece. Con ese acento, ese brillo y esa alegría, rompiendo todos mis esquemas. Y sobre todo, haciendo de Sevilla el paraíso. Mi paraíso.
Esto puede parecer una niñería, pero os juro que cada vez me mira, cada vez que me habla, cada vez que anda sueño. Me imagino una vida a su lado, en Sevilla o donde sea, recorriendo cada rincón de la ciudad y de mi corazón.