CAPÍTULO 15 ||Arthur||.

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*CANCIÓN DE MULTIMEDIA: HIDDEN CITIZENS - SILENT RUNNING.

"Admitimos el hecho de tener que quedarnos castigados todo un sábado por habernos portado mal, pero pensamos que está usted loco al intentar forzarnos a escribir un ensayo explicándole quiénes creemos ser. Usted simplemente nos ve como quiere vernos... En pocas palabras, la definición más conveniente sería que hemos sacado en limpio lo que hay en cada uno de nosotros: un cerebro, un atleta, una irresponsable, una princesa y un criminal. ¿Contesta eso a su pregunta?

-El club de los cinco, John Hughes.

-¿Ya sabemos de quién se trata? -le pregunto a la bella Doctora Jenkins.

Ella niega lentamente con la cabeza y su cabello oscuro se mueve ligeramente. Se acuclilla junto al montón de cenizas y lo examina como una auténtica científica que es, sin tener idea de qué puede dejar un cuerpo humano en ese estado en un simple despacho vacío.

La puerta de mi despacho de abre de improvisto, dando paso a dos jóvenes guardias de la central cuyo uniforme blanco se encuentra manchado de algo parecido al petróleo.

-Alguien a llenado los pasillos subterráneos de alguna sustancia viscosa, señor. Es casi imposible caminar sin resbalar. -Dice el guardia de cabello rubio.

-¿Los pasillos subterráneos nos son los que van hacia el laboratorio secreto?

La Doctora me mira preocupada al escuchar mi pregunta. En ese laboratorio se encuentran los Espectros y los humanos con los que estamos experimentando.

Miro a ambos guardias.

-Debe de haber un intruso. Mirad todas las grabaciones y encontradlo. -Ordeno.

-Lo hemos hecho... Y... No hay nada. Las han borrado y luego han destrozado todas las cámaras. -Contesta el otro guardia, asustado como un crío de guardería-. Y de todos los agentes y guardias que estábamos en la central, el agente Hendrickson es el único que falta.

Miro el montón de cenizas del suelo. Alzo la comisura derecha, formando una media sonrisa. Seguramente, Hendrickson descubriera al intruso en mi despacho y este lo fulminara. Y lo peor es que si el intruso está en los pasillos subterráneos es que el idiota de Hendrickson le contó lo que estamos haciendo.

-¿Quién puede ser? -Me pregunta la Doctora.

-Solo se me ocurre una persona. -Respondo.

Leah Davis. La única persona que me odia a mí y a Hendrickson lo suficiente como para hacer algo así es ella. Siento mi orgullo herido porque no tolero que una simple adolescente que hasta hace nada estudiaba en el instituto se burle de mí de esa manera dejándome en evidencia. Salgo del despacho soltando una seguida retahíla de palabrotas e insultos. Un joven agente de complexión atlética y rostro de profesional se cuadra al verme. Sostiene un walkie con su mano izquierda, el cual le arrebato.

-Soy el presidente. Cerrad el laboratorio subterráneo, hay una intrusa. Encontradla y matadla.

Le lanzo el walkie al agente, lo coge al vuelo, casi con elegancia.

-¿Cómo te llamas, chaval?

-Jay Masters.

-Bien Jay Masters. Quedas ascendido al puesto de Hendrickson.

Justo cuando ya me daba media vuelta para marcharme en el helicóptero de seguridad el chico se me plata delante.

-¿Y qué hay del agente Hendrickson?

-Lo han incinerado en mi despacho. -Suelto con repulsión.

Sorteo al agente Masters y me encamino hacia el ascensor que me llevará a la azotea, donde me espera el helicóptero. Al entrar, la conocida melodía claro de luna invade mis oídos produciéndome un largo recuerdo ya lejano.

Exilium © [SPECTRUM 2].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora