Prólogo

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-Jordan, saluda a la cámara -dije sonriendo mientras apuntaba la lente hacia él.

-Vamos, Leah. Se hace tarde -me recordó a la vez que se acomodaba la corbata.
Hice una mueca de fastidio y apagué la cámara.

-¿Por qué querría apresurarme? Es sólo el baile de bienvenida. En principio, no sé ni por qué accedí a asistir -me senté en el borde de la cama y me puse mis zapatillas.

-Porque yo te lo pedí -me lanzó una de las sonrisa que utiliza para coquetear.

-Sí y accedí porque eres mi mejor amigo, no porque creas que esa sonrisa funciona conmigo -aclaré.

-Te encanta.

-Me encantaría que ahora mejor tú te apresuraras. Pareces mujer -me burlé.

-Ya vámonos -soltó una carcajada y sacudió mi cabello recién "peinado".

-¡Mi cabello! -dije molesta -. Tendré que arreglarlo de nuevo.

-¿Qué dices? Luce mejor así -rió y fruncí el ceño. Odiaba que se burlara de mí porque, al contrario de él, a mí sí me afectaban sus comentarios, pero claro, yo soy una mujer, ¿a él qué le puede importar?

-Tardé mucho cepillándolo -lo miré mal.

Ambos nos vimos una última vez en el espejo inspeccionando nuestros atuendos.

Obviamente él lucía excelente: un Smoking negro y corbata azul marino, la cual, según él, debía ser del mismo color que el vestido de su chica, unos zapatos negros de marca y una hermosa sonrisa que hacía que cualquier mujer cayera a sus pies, y su cabello, ni tan corto pero tampoco largo que sentaba a la perfección. Alto y esbelto gracias a las muchísimas horas que le dedicaba al gimnasio.

Y luego estaba yo, no lucía mal: Llevaba puesto un vestido rosa pastel bastante femenino en el cual me sentía un poco incómoda, con unos tacones de 10 centímetros que estaba segura que me harían caer, un cabello rubio rizado a la altura de mi hombro y con un flequillo de cortina que, según Jordan me da personalidad. Soy bastante enana comparada con él, probablemente 20 centímetros menos. Y bueno, mi cuerpo... No es como si los hombres me voltearan a ver por él, pero no me quejo.

Pero, cada que veo a Jordan y luego me veo a mí misma me siento insuficiente, mi amigo es perfecto y yo... Sólo soy yo.

-Bien, 8:45 -dijo sacándome de mis pensamientos-. Ahora sí que es tarde. Debemos apresurarnos -tomó las llaves de su auto y bajamos corriendo las escaleras de la enorme casa.

Ambos subimos a su Volvo y nos dirigimos al Instituto en donde se realizaría el baile.

Ya ahí, se encontraba todo el equipo de Football americano esperándolo en la entrada y a mí me esperaba Todd, el chico con el que salía, con una cálida sonrisa.

-Nos vemos adentro, pequeña -susurró cerca de mi oído mientras bajábamos del auto y buscaba a su candente novia con la mirada.

Me encontré con Todd y le di un casto beso en los labios saludándolo mientras veía como Allison y Jordan se daban un ardiente beso en medio de la multitud que los veía fascinados. ¿Me veré así de bien besando a Todd?

-A esos sí que les gusta montar un espectáculo -dijo burlón mi chico.

Reí por lo bajo.

-Sí, eso creo.

Entramos al gimnasio en donde se encontraba la cumbre del baile y tomamos asiento en una mesa apartada de los demás mientras mantenía una conversación amena con Todd.

Algunas veces me sorprendía la confianza con la que me desenvolvía al estar con Todd, claramente los 7 meses que llevamos juntos no pasan en vano.

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⏰ Última actualización: May 21, 2016 ⏰

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