Helado SMHFHDSD

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Oh si, lo había decidido, lo iba a decir. 

Nadie lo iba a detener, como de costumbre. Nunca antes pudieron detener a Bill Cipher, ¿Quién podría hacerlo ahora? solo lo apartaron de su dimención un par de veces, y con cosquillas y gatitos, bueno, no entremos en detalles, a nadie le importa.

Pero en ese mismo momento, nunca estuvo tan decidido a decirlo. Pareciera una locura, pero una locura con sentido, ¿Qué locura tiene sentido? pues esta, claro está. No hace falta tener sentido pero él ya lo pensó en todo, como si se preparara a responder cualquier tipo de pregunta hacia lo que estaba por decir.

Se acomodó su moño (¿Pero el moño no es parte de su cuerpo de pared triangular? ¿Puede hacer eso? Acaba de hacerlo, asi que sí), también su galera flotante (¿Era necesario eso? Para él sí, déjalo al pobre), miró su reloj de cadena, aún tenía tiempo (siempre tiene tiempo), se hizo más amarillo, se pasó rimel a sus largas pestañas, pero estamos volviendo a entrar en detalles. El punto es que se sentía preparado, decidido, iba a hacerlo, debía hacerlo, además de dominar al mundo.

-Vaya vaya vaya, pero ¿qué tenemos por aquí? - Decidió aparecer detrás de la joven castaña. Ella parecía no darse cuenta de su presencia pero a él no le importó. - Bueno, pareces ocupada pero tengo algo importante que decirte, espero que se pueda - Ella emitió un sonido de comprobación, estaba escuchándole.

-...Bien - Suspiró y miró por todos lados intentando concentrarse. - Esta bien, estoy listo, creo que puedo decirlo - Volvió a animarse a sí mismo el triángulo. - Me gus... me gusta ver cabezas con muchas narices flotando por el espacio por la mañana, ¿sabes? - Dijo como si fuera un gran secreto. La chica emitió otro sonido como si comprendiera. 

-¿Quieres que te de tiempo para inspirarte a decirme lo que quieres decir, Bill? - Preguntó la chica, al parecer acababa de tragar algo. El triángulo flotante se aflojó y pasó su mano por arriba de su ojo como si hubiera estado sudando.

-¡Uff! Creí que nunca lo dirías, podría jurar que sentía millones de explosiones en mi interior - Luego tomó un respiro y sacudió sus brazos negros. -Inspirarme, inspirarme - Repetía en voz baja, con su voz que parecía tener eco. Miró a la chica, ella seguía de espaldas, la observó con detenimiento. -Tu cabellera, brillante, suave, con un dulce aroma,... de color marrón... -Parecía como si estuviera por decir un poema pero de repente se detuvo con el ceño fruncido. -Un momento, ¿Cómo digo ese color pero más elegante? - Pues el rojo era carmesí, el verde era esmeralda, el amarillo ambar, ¿Y el marrón? Por favor no me respondas con cosas sucias, queremos dar elegancia por aquí. 

-Eso... no creo que importe, no me gusta mucha formalidad y lo sabes - Le respondió la castaña.

-¡Si! ¡Eso! - Sonrió con su ojo el triángulo flotante. -A mi tampoco me gusta la formalidad -

-Lo dice el triángulo con galera y moño - Susurró la chica entre risas.

-A lo que quiero llegar- Dijo con un tono de molestia, obviamente le había oído. -Es que ambos somos muy parecidos - Dijo cambiando su humor rápidamente. -¿No lo crees estrella fugaz? - Estiró sus brazos hacia los costados intentando explicarse, aunque ella aún le daba la espalda.

-Hmm... no lo sé... yo soy mucho más divertida que tu, pero voy a escuchar tu argumento - Respondió con aire de superioridad, como si de repente se volviera alguien muy intelectual. Bill soltó una risa ante eso, como se había dicho antes, estaba preparado para preguntas que ponían a prueba su "argumento".

-Bien, para comenzar a ambos nos gusta divertirnos, y no, yo puedo ser mucho más divertido que tú - Dijo con orgullo, sacaría pecho si tuviera. - Te gustan las cosas brillantes, a mi también, de hecho yo soy brillante - Ya que siempre que él hablaba parecía un juguete con luces. - Tienes mucha imaginación, y adivina quién más tiene tanta imaginación y provoca desastres con esa linda imaginación - Mientras se señalaba con los pulgares. Mabel emitió un sonido como de quejido para que continuase y parara de actuar tan egocéntricamente.- ¿No crees que somos tal para cual? - Sonrió juntando sus manos. - Somos como el ying y el yang, el caos y el desastre - Comenzó a compararlos con varias cosas hasta que Mabel emitió sonidos de aprobación cada vez levantando más la tonalidad para que Bill parara de decir eso para continuar con su argumento. - Oh perdón, me dejé llevar - Se aclaró la voz. - Como te decía, eres como mi mediaaa...- Intentó pensar.

ICE CREAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora