Capitulo 1

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Múnich, 4 años después.

A pesar de los bajos grados de temperatura por los que pasaba últimamente Múnich, no era un obstáculo para disfrutar de las alocadas fiestas semanales que organizaban los jóvenes de Baviera.

Se dio paso a la madrugada y los efectos secundarios de una loca noche de fiesta comenzaban a pasar la cuenta.

Exhausta y con una terrible jaqueca, Kate se puso sus pantuflas y se levantó de la cama para ir por un café; mientras el café comenzaba a calentarse, Kate encendió la estéreo, sirvió el café y comenzó a beberlo, cuando escucho una voz peculiar, cortesía de su amiga Jenna quien hacía unos minutos atrás dormía en su habitación. Kate sabía que su alocada amiga jamás recibiría una taza de café pues era lo que más odiaba.

–dime que no lo hicimos!!-

–no sean ridícula Jenna! Por supuesto que no-

–vaya que hora es?- pregunto un castaño de ojos verdes bastante atractivo! Que hacía unos minutos se había levantado del sofá- no pensé que fueran tan alocadas, bailaron y bebieron demasiado!-

–no exageres! Tú también bebiste!! y lo sabes-

–Nadie aquí es un santo- afirmo Kate con algo de picardía, le ofreció un poco de café al castaño

Unos minutos luego, alguien toco a la puerta. Kate dejo su bebida en el mesón y se dirigió a la puerta a ver de quien se trataba y se llevó la sorpresa de que era su madre, al abrir la puerta pudo notar el desagrado de su mama cuando llevo su mirada a sus acompañantes, en especial el hombre.

–mama! Que haces aquí?-

–acaso no puedo visitar el departamento de mi hija?-

–buenos días Sra. Argent!- saludo la pelirroja ojiverde

–buenos días Jenna, buenos días...-

–Aiden, un placer conocerla Sra....-

–Miranda, Miranda Argent-

–lo mejor será irnos, se nos hace un poco tarde- dijo al fin Jenna

–Fue un placer conocerla Sra. Argent, Kate nos veremos más tarde- el castaño le guiño el ojo a Kate y esta respondió de igual manera-

–Gracias por el café amiga! Recuerda llevar las fotografías pendientes- recomendó Jenna quien se despidió de Kate y también de Miranda

–Los quiero!!- Kate los despidió y luego cerró la puerta para encontrarse con una incómoda situación con su madre quien no parecía muy contenta

–entiendo que Jenna es tu amiga, pero que hacia ese joven que al parecer se había levantado hace poco, aquí en tu departamento?-

–el no paso la noche aquí- sabía muy bien que no le creería pero, el que persevera alcanza!

–te conozco muy bien Kate Argent, y sabes también que odio ver hombres desconocidos en este lugar- enojada

–pues no es un desconocido, es mi amigo y si lo que te preocupa es saber si me acosté con él pues tranquilízate!! A pesar de ser tan sexy y atractivo no me acostaría con él jamás, él ya está comprometido!

–cómo puedes decir esa tontería, Que forma de hablarme es esa?-

–solo estoy diciendo la verdad, además Aiden es mi mejor amigo...es como un hermano mayor y eso deberías entenderlo muy bien- sirvió una taza de café para su madre

–jamás dejaras de culparme por lo que sucedió al igual que tu padre-

–Aiden no tiene que ver con eso! Una vez más me has confirmado que no me conoces-

–Kate por favor, reacciona!! Sabes a lo que me refiero y no puedes huir del pasado, Charlotte ya está muerta y eso no podemos cambiarlo-

–a eso viniste, a recordarme cosas que olvide hace tanto tiempo? Creí que querías saber cómo está tu única hija-

–lo siento, no quise lastimare yo solo...-

–ya no hables más del tema, mejor bebe tu café porque se enfriara y dime a que más viniste porque dudo que solo sea para visitarme-

–No hables de esa forma! Eres mi hija y te amo demasiado, me preocupo por ti más de lo que te imaginas y está bien iré al grano, tu padre quiere que vayas hoy al club con nosotros-

–Vaya! Hasta que por fin se acuerda que aún sigo viva, y porque quiere que vaya?-

–tiene un empleo para ti-

–mmm pues no iré-

–Claro que iras!- afirmo con autoridad –ahora haces parte del club, tu padre compro acciones para ti y quiere que estés al tanto de lo que suceda con ello, además de ser la próxima fotógrafa del club-

–enserio?- con sarcasmos –David Argent comprando acciones para su hija bastarda, acaso el mundo va a acabarse?-

–Deja tu sarcasmo y alístate, nos vamos en unos minutos-

–Ya te dije que no iré, no me interesa ser parte de ese club y tampoco volveré a pisar un césped de nuevo-

–está bien, no te obligare pero espero que no decepciones a tu padre...hazlo por Charlotte quien no desearía verte así- se levantó de la silla –como te dije en un principio, no huyas del pasado-

Miranda cerró la puerta dejando a su hija contra la espada y la pared, sin saber qué hacer. Sabía muy bien que si iba se enfrentaría a su pasado, ese pasado que quiso olvidar cuando se marchó de Dormunt cuatros años atrás; y si en cambio no lo hacía, ese mismo pasado la perseguiría.

FLASH BACK

Dormunt, cuatro años atrás

Era su día de suerte, Kate aprovecho de aquel simulacro fallido para huir de la escuela secundaria e ir al campo de concentración. Su hermana Charlotte tampoco se imaginaba que haría tal locura pues era algo muy importante para ella y sabía muy bien que Charlotte esta vez no apoyaría una más de sus ideas descabelladas.

Pudo entrar sin ningún problema y se dispuso a esperar cautelosamente que los jugadores terminaran de entrenar. Eran alrededor de las 4:30 de la tarde y el aun no aparecía –acaso habría sido un juego?- eso pensó ella, pues su madre siempre le había recalcado que debía ser inteligente mas no ingenua frente a las intenciones de un chico.

4:45 PM, los jugadores comenzaron a entrar a la casa, no había señales de él, eso la preocupo aún más pero tenía la certeza de que el cumpliría con aquella cita, sorprendiéndola de la manera más inimaginable como él lo sabía hacer.

FIN FLASH BACK

Que camino tomaría ahora? Odiaba admitir que su madre tuviera razón pero debía hacerlo, no iba a dejar que nadie incluso sus propios padres la vieran vulnerable, pero al final de todo de que servía? Si los últimos cuatro años se la había pasado huyendo de su pasado, de sí misma. Esta vez sería diferente y no iba a permitir que la vieran débil, esta vez iría y enfrentaría su pasado como debió hacerlo desde un principio.

No lo pensó más y fue a ducharse de inmediato, salió del baño envuelta en una toalla color crema a buscar un atuendo "adecuado" para vestirse y mientras buscaba en el closet pensó un momento en el único hombre que hasta ese instante había entrado en su corazón, se preguntó si aún seguía siendo ese chico encantador y de sonrisa única que la había conquistado, cuando justo en la radio presentaban esa canción que jamás olvidaría y le traía bellos recuerdos de Dormunt.



Oscuro Atardecer (Mario Götze)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora