Capitulo 15: Aún así, sonrío.

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Sadla:

Mis ojos se abren como si hubieran estado pegados durante años, intento mover mis muñecas pero no puedo, giro mi cabeza a ambos lados y veo mis muñecas esposadas a una tuberia fina que sube hasta el techo. Joder, me digo. Muevo mis muñecas más fuerte pero solo consigo herirme más la piel gracias a las esposas, termino rindiéndome y mirando la habitación una vez que mis ojos se acomstumbran a la prenumbra en la me encuentro.

La habitación es estrecha, con paredes de color blanco sucio están desconchadas y el suelo está cimentado en el mismo tono que las paredes, en la pared opuesta en la que me encuentro hay una puerta de hierro con remaches en un lado que le dan un aspecto de psquiatrico, se abre con chirrido estridente que me eriza el vello de la nuca. Un hombre de espalda musculosa y de facciones bien definidas entra en la habitación con unos vaqueros y una camiseta pulcramente limpia, marcando cada uno de su bien formado vientre.

—Parece que la bella durmiente despertó de su sueño.-Dijo el hombre con una voz ronca y grave, pero despectiva y fría a la vez—Dime querida, ¿cómo estás? 

—¿En serio preguntas? Pues mira, estoy en un hotel de lujo, con una cama de dosel y un servicio de habitaciones que te mueres, sin olvidar las vistas.—Digo con sarcasmo.—Y, ahora, ¿qué vas a hacer conmigo?

—Eso ya lo sabrás más adelante. Por ahora, preocupate de que ningúno de tus amigos sepa donde te encuentras o habrá más de una muerte

¿Más de una muerte? ¿Eso quiere decir que..? ¿Voy a morir?

—No le hagas nada a mis amigas, no creo que me llamen, hace como unas semanas que no sé nada de ellas. Damen, no sé porqué haces esto, ¿qué te hemos echo? o ¿qué te ha echo Ian para que quieras tomarte la justicia por tu mano? Porque algo tiene que haber pasado. 

—¡Eso no te importa!—Dice con un grito que hace que el vello de mi nuca se erice—No te importa, no te quieras hacer la buena conmigo, no te va a salvar la vida. Y no vuelvas a nombrar al estúpido de Ian. Él... es lo peor que Dios trajo al mundo. 

—Si tan poco me queda de vida, dímelo. Así sabré el porqué he muerto ¿no crees?—Digo intentando disuadirle.

—Soy gay. Llevo enamorado de mi primo unos dos o tres años. Pero, como sabrás, él está enamorado de Chloe y si eso no es todo, tiene fama de mujeriego.

—¿Y qué tengo que ver yo? Yo no soy nadie importante en la vida de él.—Digo intentando manetener la calma.—Además, tú también tienes fama de mujeriego. ¿Por qué entonces quisistes inculpar a Chloe de haberse acostado contigo? ¡Por tu culpa la golpeó!—Digo con un deje de enojo en mi voz.

—Con Ian no tienes nada que ver, pero ¿y Chloe? Sois amigas. Cuando se entere de que su amado secuestró a una de sus amigas, Chloe no querrá saber nada de ella. ¿En serio eres tan sumamente idiota para no saber el porqué hice como si me hubiera follado a Chloe? Eres bastante idiota, con todo lo que te dije, ya deberías saberlo. Te dejo para que piense y uses lo que tienes debajo de esa mata de pelo, llamado comunmente como cerebro.—Dice y sale por la puerta, guiñándome el ojo antes. 

Me desarmo en el suelo y comienzo a llorar. ¿En serio voy a morir? Gotitas saladas caen de mis ojos, primero de manera ordenada y después si orden coherente, me dejo llevar por el sufrimiento y me tumbo en el suelo, con las rodillas pegadas al cuerpo y rodeándolas con mis manos.

 No sé cuanto tiempo estoy así solo sé que al día siguiente —supongo— me levanto con un increíble dolor de cabeza y , aunque no me puedo ver, supongo que tengo los ojos terriblemente hinchados y rojos de tanto llorar. Me estiro y un dolor me recorre desde el cuello hasta el final de la columna vertebral. Dios ¿en serio he dormido así toda la noche? Normal que me duela toda la espalda. Mi barriga ruje y ahora que lo pienso, no he comido absolutamente desde el medio día de ayer. 

Se lo que piensas. [Parada temporalmente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora