02/Mar/2013
Ya han pasado dos días sin hablar con Daniel, no es justo que esto pase, Dove tenía planeado verlo hoy así su mamá no la dejara, ella tenía que verlo ya no podía estar así sin saber de él.
-mamá, tenemos que hablar –Dijo Dove
-¿Qué pasa que no estas lista para ir a la escuela? –le pregunto su mamá
-hoy no pienso ir, mamá antes de que protestes, tengo derecho de ver a Daniel, ya pasaron 3 días desde que se enfermó y no sé nada de él, me dejes o no iré –Dove estaba dispuesta a desobedecer a su madre, no le importaba nada, solo él
-Dove... ve, ve pero estas temprano en casa ¿estamos? –Respondió Sophia
Dove abrazo a su mamá -¡gracias mamá!, de verdad me haces feliz con esto –Dove corrió a ducharse, estuvo lista en un santiamén, salio a coger el autobús que la dejaría en Louisiana. Cuando estuvo en Louisiana tomo un taxi que la dejo en Northern Louisiana Medical Center estaba emocionada de poder estar a unos cuantos metros de Daniel.
-Buenos días, vengo a ver al paciente Daniel Griner –le dijo Dove a la recepcionista
-Claro, siga por este pasillo –la señorita señalo el pasillo de la derecha –hasta la habitación 108
-muchas gracias –Dijo Dove con una enorme sonrisa en el rostro, Dove le llevaba chocolates a Daniel, no sabía si le gustaban pero se los llevaba para que endulzara su estadía en ese horrible lugar. De por sí, Dove odia los hospitales, estaba allí solo por Daniel porque Dove odia entrar a uno de estos lugares llenos de personas con muchas enfermedades dolorosas, le parte el corazón ver tanta gente enferma.
Dove llego a la habitación, toco la puerta, salió una señora, ella era rubia, de ojos claros, una poco más alta que Dove y su color de piel era clara.
-tú debes ser Dove ¿no es así? –le pregunto la amable señora
-eh, sí, soy Dove –Dove respondió algo confundida -¿y usted es?
-ah pero que mal educada soy, yo soy Arrine Griner –Dijo la madre de Daniel –sigue por favor
Dove no podía creer que había conocido a la mamá de Daniel.
A continuación Dove entro al cuarto, como todo cuarto de hospital era simple y frio, ahí estaba Daniel en esa cama, su mirada no era la misma tan profunda como a Dove le gustaba, no, su mirada era triste, opaca, al verlo Dove se acercó lentamente lo vio a los ojos, le hizo una pequeña mueca y lo abrazo muy fuerte, Dove no se pudo contener, sus ojos se llenaron de lágrimas y lloro mientras lo abrazaba tan fuerte como para nunca soltarlo
-Todo está bien –le susurro Daniel –ya estás conmigo
-¿Cómo estás? ¿Qué paso? –Dove empezó a hacer preguntas como loca, algo histérica -¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué no me dijiste de esto?
-oye tranquila –Dijo Daniel –ya hablaremos de eso
-yo los dejo solos para que estén más cómodos –Dijo la señora Arrine mientras salía
-siga señora –Dijo Dove
Siendo sincera, Daniel no parecía ser el mismo, su mirada estaba más apagada parecía estarse muriendo
-Daniel, me has hecho mucha falta –Dijo Dove con la voz entrecortada – ¿cómo es eso de que sufres una enfermedad?
-Dove, yo no te he querido contar –suspiro –tuve miedo de que me rechazaras por ser enfermo
-¿qué? –Exclamo Dove –como crees que te voy a rechazar por eso, tú no tienes la culpa
-perdón –dijo Daniel – ¿Quién te conto de mi enfermedad?
-aún no sé qué es –respondió Dove
-bien, siéntate –le dijo Daniel –yo nací de 7 meses, no como la gente normal que nace de 9 meses, por esa razón mis pulmones no se desarrollaron como debe ser, así que nací con una enfermedad llamada asma, descubrieron esto cuando la enfermedad ya estaba avanzada ya no había nada que hacer, solo quedaba medicinas, terapias y más cosas. Desde toda mi vida he tenido recaídas y uso inhalador casi diario –la voz de Daniel sonó muy triste –no sabes cuánto odio vivir así, pero quiero luchar hasta el final, no es una enfermedad mortal, pero si no me cuido como se debe podría causar mi muerte.
Dove no sabía que decir, era muy triste todo lo que Daniel había dicho, debe ser espantoso pasar toda la vida en un hospital
-ahora me tienes a mí –Dijo Dove
-sí, ahora eres importante en mi vida y eso hace que yo tengo porque luchar, no te dejare sola –le contesto Daniel
-¿Cuándo saldrás de aquí? –pregunto Dove
-en cuanto estén los resultados de unos estudios que me han hecho –respondió Daniel
-pero estas bien ¿verdad? –pregunto Dove
-sí, todo está bien –contesto Daniel, no sonaba muy convencido
El resto de la tarde se la pasaron hablando de muchas cosas, comieron chocolates y Dove ayudo a Daniel a comer lo que le dieron en el hospital, que por cierto no sabía muy bien, ya era hora de regresar a casa, Dove debía irse temprano eso le exigió su madre.
-Debo irme a casa –dijo Dove
-oh por Dios, te extrañare –dijo Daniel
-yo no dejare de pensar en ti –Dove lo echaría mucho de menos
-por favor cuídate mucho, cuando vuelva a Brusly te quiero ver muy bien –dijo Daniel
-trata de recuperarte pronto –le dijo Dove con los ojos encharcados –no quiero perderte
-no te preocupes –la abrazo muy fuerte –yo estaré bien, por lo pronto... Piensa en mí.
Dove se despidió de Daniel y de la señora Arrine y emprendió su viaje a casa, eran más o menos 45 minutos para llegar a Brusly, de seguro Lucy se preguntaba por qué no habría ido a clase y su mamá estará esperándola para cenar, eran las 6 de la tarde, solían cenar temprano así que rogaba para que no estuviese brava.
Al llegar a casa se encontró con su mamá y Lucy, la esperaban para cenar, Dove les conto todo lo que había sucedido en el hospital, cenaron y Lucy se fue a su casa, Dove escribió para el blog y le dejo un mensaje a Daniel, luego se dedicó a hacer su tarea, termino tan cansada que quedo profunda.
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Dove y el brillo de sus recuerdos
RomanceElla empezaba a olvidarlo, pero claro, nada es fácil de lograr menos cuando todo te recuerda a esa persona, si, esa persona que llego en el momento indicado y de la manera indicada, esa persona que cambio tu vida, dejando huella en cada momento, ¿Có...