38. Una sugerencia.

5.2K 497 66
                                    

Para ser un domingo por la tarde, y haber pasado lo que era al menos una hora corriendo por el parque más cercano de mi casa, podría decir que estaba exhausta.

Mi hermana y yo, habíamos decidido que deberíamos hacer algo de ejercicio. Para mí, era suficiente el pasar horas en la semana haciendo ejercicios en la hora de deportes de la escuela. Pero como para mi hermana nada es suficiente, ella me obligó a que la acompañara al parque en el que habíamos corrido.

El día de ayer, cuando Louis se fue de casa, podía decir que me dio gracia cómo cayó al suelo en el intento de bajar por el árbol sin hacer demasiado ruido. Cuando se puso de pie, me miró una vez más y me mandó un beso. Me quedé observando cómo subía a su carro y todavía esperé hasta que su carro estuviera fuera de mi vista para que entrara a mi habitación y cerrara la puerta de la terraza con pestillo. Luego de eso, me di una ducha. El día en general, no pasó nada interesante. Estuve con mamá limpiando el jardín y plantando nuevas rosas y flores que habíamos comprado después del almuerzo.

Respecto a Louis, no había sabido nada de él desde que se fue de casa.

A pesar de que recordé a detalle todo lo que había pasado la noche anterior, sentía vergüenza cada vez que pensaba en ello. Si él no me hubiera detenido, probablemente me estuviera arrepintiendo desde cuando acepté el primer vaso de cerveza, hasta cuando lo invité a pasar la noche conmigo. Recuerdo también, que cuando entré a mi habitación, estaba decidida a entregarme a él. Sin embargo, Louis me rechazó, pero de buena manera. Sabía que él tenía toda la razón. Yo no estaba en condiciones de pensar con claridad y mucho menos tomar las mejores decisiones de mi vida.

El estar pasados de tragos era algo que definitivamente pensaría dos veces antes de pasar la misma situación.

Lily y yo llegamos a mitad de la tarde a nuestra casa. Luego de una ducha bien merecida, me cambié y opté por vestimenta casual. Si estaba en mi casa, no tenía a quién sorprender. Mi cabello seguía húmedo y esperé hasta que estuviera del todo seco, para luego hacerme una coleta de caballo o simplemente un moño. Como ya había dicho antes, no era como si quisiera mostrarme linda en mi propia casa.

Bajé las escaleras para encontrarme a papá leyendo en periódico desde el sofá. Pasé por la cocina y no había nadie dentro. Recorrí la estancia y llegué al refrigerador, y así buscar algo que tomar.

Saqué la jarra que había con jugo de naranja y la dejé en la encimera en busca de un vaso. En cuanto obtuve uno, me acerqué y serví el contenido. Estaba cerca de terminar de servir, cuando el sonido de mi celular me asustó y casi hago que toda la jarra empapara por toda la encimera... casi.

Busqué mi celular en el bolsillo trasero en donde se encontraba, y cuando lo tuve en manos, sonreí por el simple hecho de leer el nombre de Louis en una llamada entrante.

Con una sonrisa dibujada en mi cara, presioné el botón de aceptar ─Louis ─dije en modo de saludo.

─Preciosa ─saludó─. Escucha, ayer estuve pensando en lo que sucedió esa noche ─esperé a que siguiera, porque sabía perfectamente a qué noche se refería─. Así que, creo que deberíamos hacerlo oficial frente a tus padres... Sólo si tú quieres, claro.

Mi mano libre sujetó del vaso con el jugo sólo para que tomara de éste.

Estaba nerviosa. Desde mi punto de vista, este sería un paso importante, uno muy grande. Yo no creía estar lista para que se lo presentara a mis padres como mi novio. Lo quería, sí. Pero llevar nuestra relación a dar este paso, era algo tentadoramente nuevo para mí. Es decir, nunca había tenido un novio oficial, y mucho menos he traído a un chico a casa. El día en que Louis vino a casa por primera vez, el día después de conocernos, no cuenta.

Lo que siento por ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora