El cumpleaños de tu mejor amigo

278 33 23
                                    

Hola ~ Es la primera vez que publico algo por acá y es algo extraño estar haciéndolo ya que generalmente me guardo mis porquerías para mí misma.

Antes que nada quiero agradecerle a Falkner por haber leído esto y haber corregido algunos errores que de dormida no noté (y por ayudarme con algunos problemas de formato con el odioso OpenOffice). Nada, muchas gracias en serio ^^

Escribí esto porque ayer leí un fic sobre estos dos niños adorables pero que terminaba de otra forma y, bueno, se me ocurrió esta pequeña historia que es muy simple, con un argumento muy básico pero que a fin de cuentas alimenta el alma. Además me siento conforme ya que para haberla escrito un rato antes de irme a dormir, es bastante coherente.

En fin, eso. Gracias por leer esta cosa c:



Suspiró, se refregó los ojos con la mano y ajustó sus gafas. Estaba cansada, ¡pero no podía rendirse ahora! ¡Debía terminar lo que se había propuesto!

"Sí, seré algo torpe para esto de la cocina, ¡pero es el cumpleaños de mi mejor amigo y me esforzaré mucho para hacerle unas galletas que estén a la altura de lo genial e importante que es para mí!" fue lo que había pensado en ese momento. Y, según ella misma, ¡tenía toda la razón! "Uno debe poner lo mejor de sí en todo lo que hace".

Volvió a tomar el palo de amasar entre sus manos y empezó a estirar la pegajosa masa nuevamente. Era una tarea muy difícil, pero la receta era una "infalible" de su madre y de su abuela, supuestamente bien hecha dejaba unas deliciosas galletitas dulces para chuparse los dedos. Esperaba que las suyas fueran iguales.

Se requería mucha fuerza, sí, ¡pero su fuerza de voluntad era imparable! Por otro lado, el tiempo no estaba a su favor, faltaba sólo un rato para que llegara la hora a la que había citado al cumpleañero y todavía no se había bañado. Estaba en problemas.

Media hora después, con el delantal lleno de harina y el azúcar impalpable inundando la cocina de su casa, ¡las galletas ya estaban en el horno! Tenía exactamente media hora para bañarse y secarse el cabello, cosas que hizo a la velocidad de Ninjask en el tercer turno de una batalla.

Volvió, habían pasado sólo veinte minutos: ¡genial! Tenía tiempo para elegir la ropa que usaría para la tan especial ocasión.

Subió a su habitación corriendo y entró al armario buscando un vestido en particular. ¿Dónde podía estar? Siempre lo veía colgado en la misma percha, a la izquierda de los abrigos de invierno pero sin llegar a los trajes de baño. ¡Qué extraño! ¡Recordaba haberlo visto el día anterior!

Chandelure la miraba desde una esquina del cuarto, parecía divertida meciéndose mientras ella revolvía toda su ropa formando una montaña sobre la cama.

—¡¿Dónde puede estar?! ¡Juraría haberlo visto ayer! —Exclamó inflando sus mejillas, estaba muy acelerada.

Su pokémon de los tipos fantasma y fuego seguía contemplándola, era muy bella y genial, ¡pero necesitaba ayuda, no que la miraran!

En ese momento, escuchó los pasos de Stoutland, estaba subiendo a la habitación a toda velocidad. ¿Qué habría pasado?

Cuando cruzó la puerta, miró a la rubiecita para que lo siguiera y ella lo hizo sin preguntar. Stout era el pokémon más inteligente que conocía, de seguro estaba por hacer algo que sería de su ayuda. Sí, así fue, ya que la condujo hasta la habitación de su madre, quien estaba planchando... ¡el vestido que ella buscaba desesperada!

El cumpleaños de tu mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora