El problema

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El sol apenas había salido cuando me despertaron. Una enorme ave de fuego entró por mi ventana atravesando el cristal. Yo salté de la cama y agarré el cuchillo de la mesilla de noche al lado de la enorme cama.

Le hundí el cuchillo en el cuello y el ave de fuego dejó de aletear, y se calmó, pero mi habitación ya estaba en llamas. Tomé el cubo de agua que había en una esquina y lo esparcí por la habitación. Todas las llamas se disiparon y pude coger el mensaje que llevaba el pájaro en la pata.

Era un enorme rollo de pergamino pero al compararlo con el enorme pájaro de llamas se quedaba en nada. Estaba hechizado contra las llamas y tenía en letras muy grandes una frase.

"Reunión en el consejo de líderes"

Aquello me enfadó bastante. Toda mi ropa se había quemado y el estúpido pájaro había llenado la habitación de sangre. Salí de aquella sala y caminé por el pasillo con la poca ropa que me había puesto para dormir. Una vez al final del pasillo me encontré con los dos hermanos Jin los cuales se me quedaron mirando.

Eran buenos en el trabajo y como era de esperarse, unos buenos amigos míos y compañeros de fechorías.

_¿Tenéis algo de ropa que dejarme?_ Pregunté mientras me arreglaba el cabello en una cola alta.caía hasta mi cintura las puntas de este eran azules y al ser rubia destacaban bastante.

_¿Qué ha sucedido? Ha sonado un golpe muy fuerte desde tu habitación..._ preguntó el más grande de los dos. Tenía el cabello rojo como las llamas del fuego y corto, aunque despeinado. Llevaba una sonrisa bastante hermosa en la cara y su rostro estaba colorado. Ambos hermanos eran bastante guapos y llamaban la atención de las novatas, pero no parecía interesados en las mujeres...

_¿Estas bien?_ Preguntó el pequeño. Este tenía también el cabello rojo, pero lo llevaba de punta y varios mechones caían sobre su frente. Sus ojos verdes estaban examinando mi cintura descubierta por la camiseta corta.

_Si estoy bien aunque enfadada... ese maldito me las va a pagar._ Dije apretando mi puño._ Dejad de mirarme..._ dije a los dos que no parpadeaban ni un segundo.

_Sí..._ dijeron ambos. Me condujeron hasta su habitación mientras le contaba lo sucedido. Ambos se lo tomaron fatal y querían cargarse al estúpido consejo de líderes.

_Aoi..._dijo el mayor llamando al pequeño.

_¿Que quieres Kuro?_ Preguntó Aoi.

_Déjale tu algo de ropa, eres más pequeño le quedará mejor.

_Lo cierto es que tenía pensado regalarte algo por tu cumpleaños Maya... así que te lo daré ahora..._ yo asentí y sonreí.

_No hacía falta que me regalaras nada..._ dije abrazando a Aoi. Este rebuscó en su armario y sacó un paquete. Yo lo acepté, pero no lo abrí. Como líder debía comportarme como tal y ser recta con las decisiones, una cosa que no me gustaba.

_¿Me dejáis tomar una ducha? estoy llena de sangre..._ Ambos asintieron y se marcharon sin decir nada más.

Yo me duché tranquilamente en su baño el cual estaba algo desordenado, era limpio y olía a ellos. Una vez fuera abrí el regalo y miré lo que había dentro. Una falda negra de tablas de cuero, unas medias hasta el muslo, una camisa blanca, un lazo negro para ponerlo en el cuello y unas botas de tacón negras.Era bonito pero jamás me había puesto una falda... no era mi estilo. Pero solo tenía eso, así que lo probé.

Metí la camisa por dentro de la falda y me puse las medias. Me coloqué delante del espejo de los chicos y me solté el cabello lo arreglé poniendo dos pequeñas tranzas unidas en la parte posterior de mi cabeza y dejando el resto suelto y cayendo por mi espalda, el flequillo caía sobre mi ojo derecho. Pero aun así podía ver perfectamente.

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⏰ Última actualización: Feb 09, 2016 ⏰

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La orden de ladronesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora