Cuando era una niña, tenía un sueño. Que un hombre todo de blanco aparecía delante mio y me enseñaba hacer estrellas de papel. Él me contó que si hacía 1000 estrellas, mis mejores sueños se volverían realidad. Yo realmente no creo en los sueños, pero me gusta hacer estrellas de papel. Decidí hacer una estrella cada vez que me sintiera triste o sola o perdida y colocarlas en un jarro. En los recreos estaba sola, era invisible para todos, hice estrellas. Seguí creciendo, en la escuela me iba mal. No quería hacer nada, hice más estrellas. Crecí y vi al chico que me gusta, fui hacia él, pero se fue con otra chica, hice más estrellas. Nadie me mandaba mensajes....nadie me hablaba, hice estrellas. Una noche, me dirigí hacia mi balcón, el jarro estaba lleno de estrellas de papel. Grite y lloré hacia el cielo, hasta que vi una estrella enorme. El jarro se rompió y todas las estrellas formaron un hombre todo de blanco. -Hola- me dijo. Me quedé fría.-Vengo por tu deseo. Ven conmigo, a un lugar lejos de esta vida que te hace tan infeliz. Un lugar donde no estés triste, sola o invisible..-
Le Sonreí con felicidad, cerré mis ojos y extendí mi mano hacia na casa insinuándole entrar. Entramos rápidamente y le dije: No quiero escapar de mis problemas...ni que un caballero blanco me rescate...lo único que quería...
Era Un Amigo....
