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Capitulo 4

                  

No tenía cabeza para trabajar en la cafetería, necesitaba ir rápido a mi casa para ver lo que el Señor Wilde me había mandado a mi correo electrónico.

Avente mi mochila a la cama y prendí la laptop en forma desesperada. Vi mi correo y exactamente como dijo Ezra, ahí estaba el mensaje. Lo abrí y un cuadro de horario apareció en la primera hoja, solo trabajaría 8 horas a menos que el director ejecutivo cambiara de opinión.

Se le solicitara su presencia a partir del día 13 de febrero de 9 am a 5 pm.

Un momento ¿Y mis clases? En realidad solo son cursos pero aun si cuentan. ¿Cómo le voy a hacer? Necesito hablar de esto con el Señor Wilde.

Lo del contrato no decía algo que no supiera. En pocas palabras solo decía que yo debo ser fiel y dedicada a mi trabajo, nada del otro mundo.

Ambos archivos los imprimí. Sabía que era ya la hora de decirle a mi madre, no me tenía preocupada ya que ella lo aceptara de alguna manera.

[...]

10:30 de la noche. Esperaba a mi madre sentada en el sofá de la sala, tenía el horario y el contrato sin firmar en la mesa centrar. Se escuchó el ruido de la puerta y rápidamente me levante para verla.

-Hola, mi vida.-Dice ella con su tono de cansancio dejando sus cosas del otro lado del sofá.

-Hola. ¿Podemos hablar un segundo?-Dije

-Yo también necesito hablar contigo pero primero empieza tu.-Se pone enfrente de mi.

-¿Segura?-Dude

-Claro, dime.-Se acomoda en el sofá y yo me quedo parada.

-Tengo un nuevo empleo.-Deje salir solas las palabras.- Seré asistente ejecutiva.-Sonreí entre dientes. Tome el contrato de la mesa y se lo enseñe.

La expresión de mi madre no era lo que yo me esperaba. Se paró de golpe, tomó el contrato con los ojos bastantes de abiertos, pensé yo que era de la impresión pero no era así.

-¿Pero cómo? ¿Te entrevistaron o algo?- Ese tono no era de felicidad.

-Hace un par de días tuve una entrevista que me hizo el mismo ejecutivo. No te quise decirte por qué no había nada seguro ,pero hoy en la tarde me mandaron un correo en donde me dicen que me aceptaron.-

Se notaba que mi madre no tomo nada bien la noticia. Cambio la mirada y unos minutos estuve callada.

-¿Mama? ¿Por qué no estas feliz?-Me atreví a preguntar.

-Me llamo tu abuelo.-Dice así de la nada.

-¿Qué te dijo?-Comencé a preocuparme.-¿Esta bien?  ¿Le paso algo?

-Tranquila, él está bien.-Puso las manos en forma de paz.- Me llamo para decirme que nos vallamos a vivir con el.-

-¿Qué? ¿Hasta Puerto Rico?-subí la voz.- ¿Por qué?

-Hija, mi trabajo es muy estresante y ya no puedo más. Tu abuelo nos ofreció un techo y me recomendó un trabajo allá.-

-Perdóname, mama.-Cruce los brazos.- Yo no me iré de aquí. Me ha costado cuerpo y alma en estudiar lo que he querido y no dejare este lugar ahora que tengo un buen empleo.-No estaba nada feliz.

-Felicity.-Me tomo el rostro con sus manos con suavidad.- No quiero abandonarte como tu padre lo hizo. Por eso quiero que vengas conmigo.-

Ella piensa lo mejor para mí, lose. Pero ya tengo suficiente edad como para mantenerme sola, estoy decidida.