Si a Emma le preguntarían cual era el día que más odiaba del año, la respuesta era simple y clara: su cumpleaños. Emma odiaba cumplir años porque siempre había tenido malas experiencias con ellos. Nunca había tenido una fiesta, nunca había tenido regalos, nunca le había importado tanto a alguien como para que le desee un feliz cumpleaños. Esa vez tenía la esperanza de que iba a ser distinto, ya que ahora tenía una familia y amigos. Sin embargo, no lo fue. La mañana fue pasando y se fue desilusionando al no recibir ningún llamado, mensaje, saludo, ni comentario al respecto. Evitó los sentimientos mezclados que la invadían al respecto y decidió desayunar porque su estómago se lo estaba pidiendo.
- Emma, que bueno que ya estás despierta. – Dijo Mary Margaret al verla unirse a la cocina para el desayuno. – Cuando termines de desayunar, vete a cambiar así salimos. – Indicó a su hija y volvió su atención al diario que estaba leyendo.
- ¿Salir? ¿A dónde? – Preguntó Emma confundida.
- De compras, necesitas renovar tu ropa y tenemos que conseguir un par de cosas para la casa. – Respondió Mary Margaret.
- Aparte está bueno aprovechar que Cora se llevó a Leo de paseo, ir de compras sin él es más sencillo. – Agregó David uniéndose a la conversación.
- Vayan ustedes de compras, yo no tengo ganas. – Dijo Emma con la boca llena de cereales.
- No es opción que te quedes, la ropa para comprarla hay que probársela. – Justificó Mary Margaret.
- Aparte si yo tengo que ir, vos también. – Dijo David defensivamente ya que a él tampoco le gustaba ir de compras.
- Vamos, será divertido tener una salida en familia. – Intentó animarla Mary Margaret.
- Puff, como digas. – Dijo Emma irónicamente y revoleó su mirada.
- Ve a cambiarte. – Ordenó Mary Margaret.
- No podes obligarme a ir si no quiero. – Discutió Emma.
- Claro que puedo, soy tu madre. – Le recordó Mary Margaret, últimamente estaba usando mucho esa excusa. – Tienes quince minutos para estar lista. – Informó dando por cerrado el tema.
Emma se dio por vencida e hizo lo que su madre le pidió. Se dio una dicha rápida y se cambio. No tenía ganas de salir con sus padres, mucho menos en ese día. ¿Se suponía que tenía que hacer algo con todo eso? ¿Tendría que decirles a sus padres que ese era el día de su cumpleaños? Emma estaba desconcertada y no tenía la menor idea de cómo actuar en esas situaciones. Ella siempre había pensado que las personas que tenían familia y amigos pasaban buenos cumpleaños, pero claramente ella debía ser la excepción. ¿Sus padres y amigos sabrían que era su cumpleaños? ¿Les importaría? ¿Se habrían olvidado? Tantas eran las posibilidades y Emma no sabía cual era la indicada.
Se subieron a la camioneta y emprendieron camino hacia la feria de Neverland. Emma se dedicó a mirar el paisaje que pasaba ante sus ojos por la ventanilla, como medida para calmarse. Estaba funcionando, hasta que sus padres empezaron a hacerle preguntas sobre que quería comprar y que necesitaba. ¿Cómo podían estar preguntando y llenando su cabeza con todo eso cuando ni siquiera podían recordar el día de su cumpleaños?
- ¡Basta! ¡Yo no quiero, ni necesito comprar nada! – Exclamó Emma, finalmente explotando.
- Eso no es cierto, desde que estás acá con nosotros que no fuimos de compras, te hace falta mucha ropa. – Intentó hacerla razonar Mary Margaret.
- No importa, yo no quiero nada de ustedes. – Discutió Emma.
- Pensaba que a los adolescentes les gustaba comprar ropa. – Dijo David de forma chistosa, buscando hacerla reír.
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Family Business
FanficEmma fue encontrada por sus padres biológicos y llevada a vivir con ellos, luego de pasar diesciséis años en el sistema de adopciones. Es la historia de como ella fue curando sus heridas, aceptando su familia, conociendo lo que es la amistad y descu...