El Brillo de la Oscuridad (Rubelangel)

37- Alas Plateadas

Les dejo otra fotito de Leila en multimedia! Interpretada por Olivia Hussey. Que disfruten el cap ;)

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Se me hace difícil, pero luego de varios intentos logro despegar mis párpados pesados con lentitud.

Lo primero que diviso es... nada. No hay nada a mis alrededores. No puedo ver nada más que claridad, y un par de nubes sobre mi cabeza. Pero estas son tan blancas que se me hace un poco complicado diferenciarlas de lo demás.

Sin embargo, puedo sentir algo plano bajo mis pies, y a pesar de que cuando bajo mi mirada veo sólo mis pies descalzos sobre la clara nada, me percato de que estoy sobre algo firme parecido al suelo.

Así que, algo temeroso, comienzo a caminar.

Camino sobre la clara nada, mirando hacia arriba de vez en cuando las nubes que se esconden entre ellas. No sé en dónde estoy, sólo recuerdo haber sentido demasiado dolor. Uno que nadie debería de siquiera atreverse a describir. De sólo recordarlo siento escalofríos en mi cuerpo cubierto sólo por una manta. Pero en este momento no siento dolor, no siento nada. ¿He muerto ya?

Sigo caminando, hasta que veo algo... una simple banca en medio de la nada. Es blanca, y a simple vista parece ser de madera pintada. Pero cuando me acerco un poco más, me percato también de que hay una persona sentada en la banca.

Me detengo, y observo a la persona con algo de temor.

-No me tengas miedo, Rubius.- dice la persona sonriéndome en paz- Ven... siéntate conmigo.- me invita, y luego le da unas pequeñas palmaditas al lugar vacío de la banca.

-¿Quién eres? ¿En dónde estoy?- pregunto retrocediendo un paso.

-Mi nombre es Leila.- responde tranquila.- ¿Dónde crees tú que estamos?

La miro sin entender, y luego miro a mi alrededor una vez más. Curiosamente, la banca ya no es lo único que veo. A lo lejos, puedo identificar las suaves siluetas de árboles, aunque no logro ver el verde de sus hojas ni tampoco los tonos marrones de sus troncos. Sólo veo sus siluetas, nada más. También logro identificar el césped bajo mis pies, y una fuente de agua a lo lejos en forma de trompo. Una fuente que ya he visto antes.

-Esto...- susurro impresionado- Esto es... Estados Unidos ¿Nueva York?

-Bueno... más bien es un parque.- ríe ella armoniosamente.

-Sí pero... este parque, vine aquí una vez... de vacaciones con... con William.- le explico sin salir de mi asombro.

-Sí...- suspira- Es muy bonito, ¿no lo crees, Rubius?

Vuelvo a posar mis ojos en ella, y camino unos pasos hacia delante.

-¿Cómo sabes mi nombre?

-Siéntate a mi lado y responderé lo que me corresponda.- me invita una vez más.

Accedo, y camino hasta sentarme en la banca a su lado.

Nos quedamos en silencio unos cuántos segundos, hasta que decido girar mi mirada hacia su rostro.

Decir que es una mujer hermosa se quedaría corto. Todo su ser parece brillar e irradiar pureza, una imposible de opacar. Tiene la piel clara, pero también algo bronceada. En total equilibrio. Su cabello es negro, muy negro. Es lo único que contrasta con los alrededores. Y bueno... también sus ojos turquesa son bellísimos. Sólo viste un simple vestido blanco que le llega hasta los tobillos desnudos.