Phoenix.

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Llevo clavados más años de los que tengo
En el alma, el cuerpo, el cerebro.
Me pesan las agonías de Extrañarte y no puedo.
Eres lumínico, como el cielo
Eres oscuro, como el rímel que corre en mis mejillas.
Te has transparentado al paso del tiempo,
O he acaso yo de conocerte al acierto
No te he visto en largo tiempo
He alucinado el reencuentro
Has venido a clavarte en mis pupilas
Y a dejar tu aroma en el viento.
Llevabas, bien recuerdo,
esa camisa azul cielo
Y tus pantalones de sastre, esos que te quedan como perfectos.
Te has impregnado en mi alma, mal efecto
De las sonámbulas noche que llevo por defecto.
No he besado otros labios desde que me arrepiento
Y si lo he hecho ha sido anhelando tus manos.
Ineptas apegadas a mi cintura, clavando tus dedos en donde me duele la amargura
Extrañarte siempre es mi tortura.
Y hoy, tras éstas horas quiero ver tu soltura.
Oh, dulce amor que representas,
Tomame de nuevo.
Envuelveme, seduceme, aunque no haga falta.
Tuya siempre seré aunque no haya
Oportunidad de querer y que no vayas.

Has pesado mi alma doliente.
Tiene clavado en él el filo de tus dientes,
Tu lengua viperina ha roto y desangrado mi leve corriente sanguinea y te has marchado.
Nada has dejado en mi estantería y me toca
Reconstruir de las cenizas, como el ave fénix de tu vida.
Me toca, sufrir, porque alguna vez yo hice la herida.

Amor/ Desamor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora