Capítulo 50

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-¡Tiempo! –gritó la profesora con el cronómetro en mano.

Inmediatamente todos dejaron de hacer lo que hacían y sacaron sus platillos con cuidado encima de su espacio. Sasuke a su lado hacía lo mismo que el resto, un misterioso postre que hacía mucho que no veía.

-Son las tan famosas koulourakia de Grecia, ¿Verdad? –susurró Naruto mientras prendía la luz del horno. Aún faltaba un poco.

-Como las conoces.

El rubio levantó los hombros desinteresado, hace mucho que no iba a Grecia, pero jamás olvidaría el sabor de aquellas galletas en semana santa. Era demasiado deliciosas como para ser verdad.

-Fui a Grecia de joven –esputó- ¿Dónde conseguiste la mastiky? No pensé que la tuvieran ttebayo.

La profesora pasó de sitio en sitio dándole un bocado a cada platillo para colocar el primer calificativo. Aún faltaba mucho para llegar a ellos, por lo que siguieron conversando.

-Las compré la semana pasada y las traje dobe, si quieres puedes hacerlo.

Naruto infló los mofletes conteniendo su ira. Realmente era algo estúpido hacerlo, ni que con llenar los cachetes con aire su furia se disiparía instantáneamente. Notó las expresiones tan variadas que daba la profesora al saborear la comida. Con algunas era con gusto, con otras una cara ácida. Escuchaba como a algunos les decía que estaba muy salado o que faltaba cocinar un poco más.

A Ino le dijo que se le había pasado la cocción y que su lasaña estaba tostada, mientras que le explicaba a Sakura que no debía usar azúcar cuando cocinara cosas que en un comienzo debían ser saladas.

-No te vi cogerlos en la mañana.

-Es porque andabas de metiche en mi habitación mientras lo guardaba en la mochila.

No dijeron nada hasta que la profesora llegó a su mesa. Como habían empezado desde el final, ellos serían los últimos en ser probados.

-Empecemos con el joven Uchiha –eligió, cogiendo una de las galletas.

El sonido crujiente que se desarrolla cuando uno lo mastica debía ser místico, pero el de estas galletas sonaba un poco más americano. Era un crujido muy común, que se podía encontrar en cualquier lugar de comida rápida.

-Joven Uchiha, sus galletas son magníficas –espetó. Naruto bufó entonces ante la falta de calidad y gusto de la profesora, pero esta parecía maravillada por el sabor-. Si sigue así, tendrá la mejor calificación del curso.

Sasuke sonrió autosuficiente mirando al rubio, pensando que este se encontraría sorprendido con la boca abierta ante tales sabores. Pero Naruto no era conformista, si no sabías hacerlo bien, no debía hacerlo.

-Y por último –dijo cogiendo algunas galletas de Sasuke-. El platillo del joven Umino.

Los presentes empezaron a rodear la mesa donde se encontraba el rubio, y este con un guante de cocina sacaba del horno la gran empanada, que tenía un color magnifico como para chuparse los dedos. Desprendía un leve aroma e hierbas que agradaba al olfato, uno parecía poder comérselo con tan solo olerlo.

-Es un chebureki ruso –comentó con su acento ruso-, preparado al estilo hogareño de las casas soviéticas. Muy aceptado en el país.

Cuando acercó el cuchillo para abrir la empanada, el aroma a carne y cebolla picada llenó el lugar. Era como estar en ese momento saboreándolo uno mismo, con una cocción perfecta que le daba su dorado tan extravagante. Entonces lo sirvió en un plato con una pequeña rodaja de limón, por si es que quería saborearlo ácido.

-Pruébelo ttebayo –sonrió traviesamente.

La profesora cogió aquel pequeño plato limpiado pulcramente por el rubio y echó unas gotas de limón en un extremo. Con cuidado, sacó un pedazo de empañada cremosa. La clase soltó un aliento de hambre, y es que con tan solo ver aquella creación, era demasiado para uno.

Entonces a la profesora los colores se le subieron rápidamente: -Magnific joven Umino –suspiró con el pedazo de empanada en boca-. Su trabajo es simplemente magnífico. Usted aprobará en un abrir y cerrar de ojos mi curso.

Y Naruto sonrió superiormente ante Sasuke, pero fue una de esas sonrisas que ponía antes de matar a alguien, esa cara de "Te gané y ahora morirás con mis manos". Sasuke puso una cara de fastidio y giró la cabeza furibundamente.

-Si quieren pueden llevarse sus creaciones a casa –comentó la profesora mientras comía rápido las galletas de Sasuke para coger un pedazo más de la empanada del rubio y llevarla a casa-, o compartir entre ustedes. Hasta la próxima clase.

A pesar de que había hecho toda una escena hace algunas horas, ahora sus compañeros de clase parecían haber olvidado todo por probar un poco de su empanada. Naruto ignoró aquello y no murmuró palabra hasta llegar a la puerta.

-Si quieren pueden comerla... ttebayo –comentó levantando una mano en forma de despedida.

Un gran chillido sonó en toda el aula, pero una vez fuera Naruto cogió con delicadeza su brazo. Le estaba doliendo bastante y tenía ganas de ir a casa para cambiarse las vendas.

-Tsk, quien te comprende dobe –gruñó Sasuke cuando lo alcanzó.

-No es mi culpa que tu cocina no sea perfecta.

El azabache a pesar de encontrarse molesto, le entregó su hombro para que el rubio pudiera bajar las escaleras. Abajo todo era un cotilleo de ambos, los alumnos al verlos juntos empezaban a suspirar y a tomarles fotos comentándose entre ellos que ambos hacían buena pareja. Luego otros, que era una minoría, decía que aquello era imposible por ver como Naruto había golpeado salvajemente al azabache cuando este le "robó" un beso.

-Naruto –rugió alguien atrás suyo.

Ante el reconocimiento de voz, el rubio giró la cabeza y lo encontró parado al lado de Kakashi molesto, con los brazos cruzados. Parecía que sacaría fuego de los ojos y que no esperaría a llegar a casa para castigarlo.

-¿Qué sucede papá? -murmuró. Iruka de por si no daba miedo, pero cuando se enfadaba ni Kakashi podía hacer algo para controlarlo-. ¿ttebayo?

-A la oficina del director –dijo con voz de ultratumba-. Ahora.

Giró la cabeza con dirección a Sasuke y este solo elevó lo hombros, dándole a entender de que lo acompañaría hasta la sala de dirección. Avanzó de una manera un poco más rápida para no desentonar con sus habilidades, pero ambos padres levantaron una ceja simultáneamente.

-¿Por qué el joven Uchiha te está acompañando?

Ambos se miraron entre ellos sin saber que decir, Sasuke lo acompañaba para ir de frente a la casa del rubio para "Entrenar", pero sus padres no debían saber que ambos habían sido atacados por el antiguo amigo del rubio.

-Es que no quiere dejarme –mintió, mordiéndose la lengua-. Porque... porque necesita hablar con el director también.

-¿Eso es verdad? –preguntaron ambos esta vez al moreno quien no decía palabra alguna.

Sasuke tan solo asintió con la cabeza y los profesores los acompañaron hasta la dirección, donde Tsunade y Jiraiya lo esperaban enfadados, ambos: -Mocoso –gritó Jiraiya furioso-. Qué diablos has estado haciendo esta vez en Japón.

-Yo no hice nada –respondió, pero inmediatamente el televisor se encendió en los noticieros.

Su cara se mostraba en la pantalla de una manera borrosa.

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Ahora todo el mundo creerá que es un asesino, y tan solo han pasado dos días. Es peor que yo dando malas impresiones.

Bueno, aquí tienen su capítulo, disfrutenlo.

Pdta: Si quieren que les dedique un capítulo escribanlo en los comentarios

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