Capitulo 1: El engaño

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Papa yéndose al trabajo con su caro auto, mama cambiándose, mi hermano guardando todas las cosas del colegio en la mochila y yo sentada en la mesa con mi café perfectamente hecho y una dona a mi lado, un día perfectamente perfecto.

Nosotros siempre eramos radicalmente diferentes a los alborotados de nuestros vecinos... o eso queríamos aparentar. Cuando todos se fueran de sus casas, nosotros comenzábamos a ser una familia como cualquier otra.

-Los Hilton se han ido.- grito mi mama.- Ahora váyanse y pórtense bien, no quiero escándalos.- mi hermano malhumorado agarro su mochila y salió de la casa. Yo tome mis cosas y me despedí de mi madre. Ella se acomodo el cabello por séptima vez y salió de la casa con una falsa sonrisa en su rostro.

Un nuevo día mintiendo había comenzado.

Camina bien, vístete adorable, sonríe. Mi mente repetía esas palabras mientras caminaba por los pasillos del instituto, y eso me aspiraba a seguir fingiendo, como lo hice los 17 años de mi vida.

-Hola Melanie.- dijo mi novio, Luke dándome un beso en la mejilla. En mi mundo no puedo permitirme besar a nadie en publico, es supuestamente "vulgar". Obviamente el era un chico tan perfecto como yo, odioso y mentiroso. No nos amábamos, pero estábamos juntos por miedo a morir eternamente solos.- Hay mucha gente aquí, ¿por que no vamos a un lugar más intimo?- No era una pregunta, sino una afirmación. Mi familia solo me obligaba a ser perfecta en publico, mientras que nadie me viera, todo estaba permitido.

-Vamos.- Los dos caminamos saludando a todo el mundo como si fueramos unas estrellas, sonriéndole a todos, hasta a la persona que odiaramos, nuestra vida era asi. Entre al baño y el se quedo afuera, y cuando nadie lo vio entro. Revisamos si había alguien y cuando estuvimos seguros nos sentamos tapando la puerta.

-¿Quieres cigarrilos?- me pregunto sacándolos de su bolsillo junto con un encendedor.

-Por favor. Estuve dos días sin ni siquiera probar uno.

-¿Por qué?- Luke era un chico demasiado lindo, morocho y ojos verdes. Lo que cualquier chica desesperada buscaría.

-Vinieron mis abuelos a quedarse unos días, y ya sabes las reglas.- dije encendiéndolo. -¿Y tu como has estado?

-Bien, supongo. Lo mismo de siempre. – No teníamos de que conversar, ya que el era un rebelde sin cerebro y yo una adolescente problemática, nuestras vidas eran del todo deprimente. – Tengo que irme a clases, nos vemos.

-Adios.- nos levantamos del piso y él se fue rápidamente. Tome el cigarrillo con mi mano y lo aplaste con mi zapatilla. Abri la puerta y sali de allí.

Cuando llegue a casa, se suponía que no debería de haber nadie pero en vez de eso, me encontré a mi padre besando a otra mujer que no era mi madre en su habitación.

-¿interrumpo?- pregunte irónicamente abriendo la puerta de par en par.- Infiel, una de las tantas cosas que simulas que no eres, lo agregare a mi lista. La mujer desconocida se aparto de el y abrió la boca como para decir algo al respecto.- Mejor cállate zorra. ¿Me pregunto como hiciste para traerla hasta casa sin que nadie vea al perfecto y buen padre de familia con otra mujer mucho mas joven que el? – el seguía mirándome sin poder contestar.- ya sabia que engañabas a mama pero prefería verlo con mis propios ojos.

-Melanie... yo no quiero que le digas, esto arruinaría todo...

-Toda nuestra farsa, si claro. Creo que también arruinaría su corazón, pero entiendo que sea más importante preocuparse por lo que piensen los demás.- mire a la mujer que seguía impactada por la situación- Fuera de mi casa.- se levanto y salió corriendo.- Es el momento para que le grites que procure que nadie la vea.

-Que cruel que eres.

-¿Yo? Cruel eres tu, que engañas a mama y encima ella lo sabe pero nunca dice nada.

-No grites...- susurro. Cerre la boca y me fui hacia mi cuarto. Lamentablemente debería mantener la calma. Nadie podría enterarse de nuestro pasado, y por eso debíamos cuidarnos, pero era insoportable tener que callar todos los días.

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