Prólogo

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Cuando veías esa oscuridad en invierno, donde el frío no era más que tu amigo, lo mismo que pasaba en verano, las altas cumbres eran la soberbia derramada en las cuchillas de la cordillera, te llegaba el golpe de plano y tu fuego se evaporaba, solamente quemándose el exterior.
En ese entonces, solo en ese entonces, comprendías que el infierno no sólo se podía pisar estando muerto.
Gracias al viento que soplaba en contra de tu soledad, pudiste no haber muerto.

Amigo, todos estamos llenos de mentiras, todos vamos a morir.

Historias De Un Mundo ParaleloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora