Corría un 20 de Diciembre, las transcurridas calles de Washington desprendian el olor de una mañana soledada y aderezada con la polución de todos los diferentes automóviles. Desde el más grande hasta una simple moto desprendian un humo tóxico que acabaría por destruir el planeta.
Esto pensaba nuestro joven protagonista, que se dirigía a su trabajo, se sentía afortunado por estar dotado de una fuente de ingresos que aunque no era muy sustanciosa le permitía tener algunos lujos.
Y ahí estaba enfrente del edificio más alto de la ciudad, dispuesto a dejar todos sus cristales relucientes. Era un trabajador diligente, se tomaba en serio lo que hacia. Pero esto no significa que apreciase demasiado su trabajo de hecho estaba bastante harto de tener que ensuciarse las manos de esa manera todos los dias.
Mientras estaba subido al lavador que le permitía realizar su empleo solía cavilar acerca de cuestiones bastante alocadas. Hoy no era difetente, tras limpiar un par de ventanas se imaginó colgado de una de las muescas que tenía la fachada, como si él mismo se tratase de un funambulista experto en escalada de edificios. Continuó con su labor resignándose únicamente a elucubrar quimeras.
Después de un rato volvió a pasar por su mente la imagen de él mismo subiendo la fachada del edificio, y no le pareció tan descabellada la idea de hacerlo, pensó que hasta podría intentarlo, tantos años trabajando en las alturas habían hecho que no tuviera vértigo.
Dejó sus herramientas y se agarró a uno de los salientes del edificio, apoyó el pie izquierdo para impulsarse y ya se encontraba dispuesto a trepar. Sin mirar abajo continuó subiendo, utilizando toda su fuerza para elevarse, al parecer no era demasiado complicado, hasta podría considerarse cómodo, su calzado se adheria a la piedra con facilidad.
Estaba ya por el piso 11, cuando comenzó a ser consciente de su situación, desprovisto de cualquier arnés de seguridad, estaba indefenso ante el vacío que tenía detrás suya, y por primera vez miró hacia abajo, el miedo se apoderó de el y las piernas se le pusieron rígidas en un abrir y cerrar de ojos, las manos que antes estaban sujetas firmemente comenzaron a fallarle y a resbalarle por el sudor, intentó recomponerse, cerró los ojos y se pegó a la pared, pero fue en vano, el pavor se había apoderado de el. Hizo de tripas corazón, y en un intento por llegar al siguiente piso, ocurrió al desastre, su pié al intentar hacer apoyo en un saliente resbaló, sus manos ,que ya no se agarraban con la misma fuerza que hace unos instantes, no pudieron sostenerse, y se cayó.
P.D: No jugueis en las alturas.
ESTÁS LEYENDO
Tragicomedia De Un Limpiacristales
Ciencia FicciónEspero que os guste esta historia sacada de todo corazón.