Capitulo 3: Adaptación.

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Las pisadas de Joseph y Arioc comenzaron a dirigirse hacia la ciudad, ya la noche cubría todo lo que estaba a la vista, aquella luz roja iluminando el cielo negro había desaparecido, a Joseph le resultaba sorprendente el poder distinguir cada detalle entre tanta oscuridad, observaba las nubes cómo iban tomando formas diferentes a causa del viento que jugaba con ellas, imitando la inocencia de los recuerdos de su niñez que curiosamente iban regresando poco a poco.

Un golpe súbito se escuchó dentro de la casa, era la puerta que acababa de cerrarse de golpe por un hombre en estado alcoholico, los pasos tambaleantes iban de un lado hacia otro sin ninguna dirección especifica.
Un pequeño niño resguardaba la puerta del dormitorio de su madre, completamente indefenso, apenas era una criatura de 7 años, allí estaba él como un guardaespaldas esperando lo peor, sus pequeñas manos se cerraron listas para el ataque aunque sabía que todo era en vano.
En la esquina del pasillo se venía arrastrando aquel hombre con su mirada vidriosa y el olor a vodka era tan fuerte que se convirtió en un aroma que quedaría por siempre en la memoria de Joseph. El hombre iba quitándose su saco dejándolo tirado en el suelo, llevó sus manos hacia su corbata que parecía una trampa mortal con aquel nudo tan apretado ajustado en su cuello, hizo una pequeña señal de alivio en su cara cuando aflojo el nudo.

-Quítate de la puerta- dijo el tipo mientras se agachaba hasta la altura de Joseph.
Joseph solo lo veía directamente a los ojos, esperando el momento preciso y con un movimiento de su cabeza le dijo que no.
El tipo, que aunque no era el padre biológico de Joseph, prácticamente había tomado ese papel desde que Joseph tenía 3 meses de edad. Miro hacia las manos de Joseph y soltó una carcajada.
-¿Qué planeas hacerme?, eres todo un hombre ya para querer proteger a tu madre y querer golpearme cierto, entonces sí eres todo un hombre debería dejar de verte como un niño, ¿cierto?- dijo aquel tipo llevándo su mano hasta la cabeza de Joseph.
En ese preciso momento Joseph solamente cerró sus ojos y tiro un golpe hacia el rostro del borracho.
Claro, el golpe llego a la cara de él pero aún y en su estado de ebriedad eso no lo movió ni un centimetro. El borracho entró en ira tomando a Joseph por el cuello y ahorcando al pobre pequeño.

-¡De verdad crees que me puedes hacer daño pequeño bastardo!, eres lo suficientemente hombre para golpearme, ¡entonces serás lo suficientemente hombre para soportar mis golpes!- le gritó asestándole un golpe en el estómago y dejándolo tendido en el suelo, Joseph cubría con sus manos su abdomen tratando de contener el dolor, no lloraba, no gritaba.

-Así que muy hombre- dijo aquel borracho terminando con una patada en las costillas de Joseph.
Joseph contuvo las ganas de gritar y simplemente se trago el dolor.

-¿Amor, eres tú?- dijo una voz que venía de la habitación, era la madre de Joseph.

-¡Si, soy yo! Pero tu pequeño bastardo estaba atrasándome y faltándome el respeto, ¿cuando demonios le vas a enseñar a respetarme?, ábreme ahora mismo-

-Por favor- dijo ella con una voz dulce- yo lo reprenderé luego, seguramente con la paliza que le diste no lo volverá a hacer- termino diciendo mientras la puerta se abría.

Se escucharon golpes dentro de la habitación, gritos que comenzaron muy fuertes y poco a poco se fueron tornando en gemidos y gemidos que luego terminaron en llanto.
Joseph veía que cada vez era inútil intentar hacer las cosas bien, lentamente iba caminando hacia la puerta trasera, quería columpiarse un momento. El patio era un completo desastre, la caja de arena en vez de arena tenía aparatos electrónicos y basura, no había ni una sola hoja verde que adornará el patio. Su única diversión era el columpio viejo, cubierto de óxido que estaba en medio del patio, ese era su lugar de escape. Levantó su vista al cielo observando las nubes que dibujaban un círculo alrededor de la luna llena, esa luz iluminaba su rostro lleno de lágrimas y acompañado de una sonrisa.

PurgatorioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora