El comienzo

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El transcurso del campo al estacionamiento, era corto. Daniel no hablaba, solo sonreia al ver mi expresion de incomodidad. Cuando llegamos al estacionamiento, se dirijio a un lujoso carro negro descapotable.

-Un Lamborghini negro? encerio?

Solo se encogio de hombros.

-Fue un regalo de Nana.

-Nana te compro un carro de 400,000.00 euros?

-Que tiene de malo? dijo que era una costumbre familiar, dar un regalo util, a sus descendientes, despues de que cumplan los 15.

Nos subimos lentamente al carro. No podia evitar sorprenderme. El tapizado de cuero negro, era muy comodo, y todo era muy moderno.

-Como puedes conducir, cuando ni siquiera tienes 16?

-Prima, cuando eres un miembro de nuestra familia, no necesitas cumplir 16.

El motor ronroneo suavemente, y Daniel empezo a conducir.

Nunca habia visto a Daniel conducir, conducia rapidamente y sin cinturon de seguridad. Ignoraba los semaforos como si no existieran, y los demas conductores le sonaban las bocinas.

-Porque conduces tan rapido?- rapidamente me puse el cinturon de seguridad, y me agarre a lo que tenia al alcanze de la mano.

-Que tiene de malo?

-Bueno, talvez nos podriamos morir, pero...

-Pero que? no nos pasara nada, no te preocupes.

Lo mire de reojo. Estaba totalmente comodo y conducia con una sola mano, todavia tenia los lentes de sol puestos.

-Porque no te quitas los lentes?

-Estamos a punto de llegar. Y no quiero que los guardias se me queden mirando como todos los demas. Creeme es bueno tenerlos asi, pero aveces tanta atencion es innecesaria e incomoda.

Cuando llegamos a la entrada del condominio. Daniel bajo la ventana y le dio al guardia un papel en blanco y nos dejaron pasar.

-Puedes hacer eso?

-No es ilegal, bueno, no tanto. Pero no te preocupes, cuando cumpla los 16 sera innecesario, ya que podre sacar mi licensia.

Se quito los lentes de sol. No pude evitar un escalofrio. Sus ojos eran totalmente extranos y hostiles para mi. Adoraba sus ojos café claro, tan amigables y carinosos. Ahora sentia que sus ojos, tan brillantes, y llamativos, trataban de atravesar mi alma, y leer los mas oscuros secretos en mi.

-Todavia no te adaptas, cierto?

-Despues de tantos anos, viendo tus ojos tan amables, es dificil para mi, verte asi.

-Te acostumbraras. Todos lo han hecho.

-No todos eran tan unidos como nosotros.

-Lo siento - su Mirada seguia igual, pero la hostilidad cambio a carino, era increible, pero cambiaba totalmente su aspecto.- se que es dificil, pero uno se adapta, unos tardan mas que otros, pero lo hacen.

-No se, si yo me adaptare tan rapidamente como tu.

-Tienes a tu familia de tu lado. Nunca olvides eso.

Estacionamos enfrente de la casa de mi tia, aunque llamarla casa, era una mentira, La casa era gigante, una mansion, con sus 3 pisos de altura, pintada de un color café claro, lleno de plantas e increibles decoraciones en el exterior. Tenia dos Fuentes y dos jardines, uno en el exterior y otro en el interior. Estar aca era recomfortante, y traia muchos recuerdos.

Cuando salimos del carro, entramos a la casa, y toda nuestra familia nos acogio.

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