Capítulo XI.

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Sábado en la mañana, la casa sola y no poseo ganas de hacer nada.

Ese sábado era muy especial pues le diría a Evelio todo lo que sentía por él. Todas esas mariposas que saltaban en mi estómago al pensar en él. Todas esas sonrisas que él inconscientemente el provocaba en mí. Todo se lo diría. Nadie ni nada me impediría hacerlo. Toda la noche pensé en como hacerlo, pero al fin, me anime.

Encendí mi computador ansiosa de hablar con él. Abrí mi correo y escribí:

Yo:

<<Hola Dola Matildo.>>

Evelio:

<<Tan temprano molestándome?>>

Yo:

<<Es que hoy es un dia especia >w<>>

Evelio:

<<Si, hoy Camila y yo cumplimos una semana>>

<<Gracias por recordármelo :*>>

Esas palabras, fueron suficientes para romper mi pobre y frágil corazón. Esas palabras fueron tan inesperadas, que aún me lamento de haberle escrito ese día. Esas palabras, simplemente imborrables de mi mente.

No puedo decirle que estoy enamorada de él; no mientras él se fija en otra.

Yo:

<<Como si me importara 7-7>>

<<No, es que hoy estrenaran la película del año :D>>

No había nada importante ese día, pero preferí mentirle, y hacerme la "desinteresada".

Evelio:

<<Las amigas de confianza se tienen que poner feliz porque tu amigo ya consiguió el amor de su vida.>>

Y simplemente, era una "amiga de confianza" para él.

<<¿Ella? ¿Ella el amor de tu vida? ¿Por qué yo no? ¿Por qué ella? ¿Qué tenía ella que no tuviera yo? ¿Qué te hacia ella? ¿Qué la hacía tan especial? ¿Qué me hacía menos especial?>>

La conversación siguió. Nuestra típica conversación boba sin sentido que daba mucha risa. Nuestra típica conversación que me gustaba más que nada.

Mi computador ya se quedaba sin carga así que me anime, y le pedí su número de teléfono. Siempre fui de las chicas que piensan que ese paso lo tiene que dar el hombre, pero no resistí más y lo hice.

Yo:

<<Hey Matildo>>

Evelio:

<<Que 7-7>>

Yo:

<<Me das tu número, es que me quedo sin carga .u. >>

Evelio:

<<+55 555-5555 ;) inbox por allí?>>

Yo:

<<Okey, ahorita te escribo.>>

Y así fue como rompí mis costumbres, y le pedí su número. Algún día, se lo tendría que pedir si él no lo hacía, así que fue lo mejor.

Ingrese el número, y guarde el contacto como "Matildo". Evelio no era fan de su segundo nombre, pero no le molestaba tanto si yo le decía así.

Le mande un mensaje y seguimos hablando. Ya no me tendría que preocupar por tener siempre a mano mi computador. Podría hablar más tiempo, y eso me gustaba.

Amor no correspondidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora