Inesperado

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Ya era demasiado.

La mente de Ran, parecía un laberinto sin salida, cuánto más trataba de pensar en algo, más se adentraba su mente a ese sueño que, seguía incomodando su ser.

—"Menudo día"— Pensó la violácea totalmente desconcertada, su cuerpo parecía querer decirle algo, pero no entendía que le ocurría.

— Llamaré a Kazuha para saber cómo ésta—la idea era distraer la mente, charlado un rato con su amiga, quien segundos más tarde, le contesto—. ¡Kazuha! ¿Cómo estás?

— Hola Ran, que alegría me da oírte—Respondió la castaña—, estoy genial.

— Me alegra mucho saberlo—la violácea se alegró por Kazuha.

— ¿Y tú cómo estás?—Preguntó Kazuha con aquella alegría que tanto la caracteriza.

—Se puede decir que bien—ella río un poco nerviosa—. ¿Y Hattori cómo está?

—Kazuha, ¿con quién estás hablando?— Hablando del Rey de Roma. Heiji apareció curioso, preguntado a su mujer.

—Es Ran—le respondió . Este frunció el ceño—Te manda saludos.

—Sí, ya—Heiji abandonó nuevamente la habitación un tanto molesto—¡No pierdas el tiempo y vamos a preparar las cosas para mañana!

—Sí, ya lo sé—Kazuha frunció el ceño, después volvió a centrarse en la llamada con la violácea—. Oye Ran, mañana iremos a Tokio para visitar a Kudo—Heiji parecía tener antenas parabólicas, ya que al escuchar el comentario de su esposa, en cuestión de segundos se asomó en la puerta de la habitación.

—¡No le digas nada, no es asunto suyo!—Heiji le reclamó a Kazuha, molesto.

—¡Oye no grite,  idiota!—Ella se alteró debido a la conducta del detective del Osaka. Entendía el resentimiento de su marido debido al daño que la violácea le hizo a Shinichi, pero se tenía que controlar en ciertas ocasiones, porque Ran, por mucho que le fastidie a él, era amiga suya—. Ran, espero que le disculpes...Heiji, está muy alterado porque lleva varios días que no le contesta a las llamadas, y eso lo tiene preocupado—Le contó Kazuha a la violácea en voz baja—. Bueno, mañana nos vemos, adiós—le colgó.

Kazuha se dirigió hacia el detective de Osaka, porque no le había gustado nada aquella reacción, y sobre todo porque el susto que le había dado por ese grito, casi le sacaba el corazón.

—Oye, te recuerdo que Ran es mi amiga, y que tú estés molesto con ella no significa que yo también, tenga que estarlo, ¿Vale Heiji?—le dijo—. ¿Se puede saber que te pasa?

—Lo siento, Kazuha—El detective bajó la mirada triste—, no debí comportarme así, pero ver a Kudo tan mal, no me gusta en absoluto. No puedo evitar echarle la culpa a Ran de su estado... Aún así discúlpame por mi actitud, voy a tratar de mantener la calma.

—Heiji...—ella sintió empatía.

Mientras tanto, Ran estuvo pensando en la reacción de Hattori. La verdad, era que, últimamente, el moreno no parecía agradarle mucho ella. Nunca se relacionaba con ella cada vez que visitaba Tokio. Aunque tampoco podía juzgarlo, después de todo, era muy amigo de Shinichi.

Se acordó del comentario de Kazuha, recordó que mañana venían de visita, aunque eso no era lo importante, sino lo último que le dijo antes de colgar

<<Kudo lleva varios días sin contestar a las llamadas>>. Su cuerpo reaccionó ante ese recuerdo con una punzada en el pecho.

Ran agitó la cabeza para evitar ese pensamiento. Definitivamente, tenía una mente que está a dispuesta a hacerme pasar bastantes malas jugadas. Por un segundo, sintió un poco de alivio al pensar en que sus hijos no estarían rondando por la casa, agradecía internamente que se hubiesen ido de acampada. También pensó en su marido, y en el repentino viaje que le había tocado hacer nuevamente. En cierto modo, le generaba molestia, le parecía sospechoso, que tuviese que irse tantas veces de viaje porque lo necesitase su paciente.

Sueño [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora