Que bien ha empezado este día! No podía empezar mejor, coño! (Sarcasmo)
Que ha pasado? Os explico:
Mi "querido" hermanito me despertó de una de las peores formas que existen, y como venganza tire parte de mi desayuno a su cara... él hizo lo mismo y... todo acabó en guerra, suciedad y un padre enojado a nivel leyenda.
El caso es que nos mandó a nuestro cuarto y nos ha prohibido salir hasta que nos reconciliemos (que ya os digo yo, nos va a costar).
-Yukio -me llamó Kazuya
-¿...? -me giré para poder mirarlo ya que estaba dándole la espalda
Luego, no se como cojones fue tan rápido, en cuanto me di cuenta él ya estaba sobre mí besándome apasionadamente mientras sujetaba mis muñecas fuertemente. Yo intente zafarme como pude de su agarre aunque no dio resultado.
-H-Hey, que haces?! -le grité nervioso-
-No grites -se acercó a mi oreja- no querrás que papá venga y nos vea así, no? -lamió mi lóbulo provocando que soltara un leve gemido-
Ese hijo de... ah, no... mejor me callo.
-S-solo suéltame! -dije ya más calmado-
-Obligame -sonrió de forma burlona-
-...
Oh! No recordaba... TENGO LA FUERZA DE UN NIÑO DE 11 AÑOS! (Sólo tengo poca fuerza y ya)
-Como imaginaba -empezó a depositar besos sobre mi cuello
-ah... -gemí levemente-
Lo peor de todo esto no es que no pudiera zafarme... SINO QUE EL MUY CAPULLO ME ESTABA HACIENDO DISFRUTAR!
-Me encantan tus gemidos -susurró-
-... -me sonroje-
Sentí unas manos cálidas en mi abdomen.
-H-Hey! -intente liberarme de su agarre con un sonrojo MUY notorio-
-Calmate -rió un poco- te dolerá menos de lo que crees -empezó a subir mi camiseta-
Reaccioné de repente y lo empujé.
-¡...! -me miró sorprendido, demasiado sorprendido-
-... -salí corriendo de la habitación lo más rápido que pude-
-Yukio! -ignore su llamado, sólo quería salir de casa para poder calmarme-
Cuando por fin logre salir de allí corrí hasta llegar a un parque que estaba muy alejado de otras casas, incluyendo la mía. Me senté en el primer banco que encontré e intenté olvidar todo lo que había pasado.
-YUKIO~! -una voz femenina me llamó -
-esa voz... -dije para mis adentros- Mei!?
-YUKIO! -me llamó esta vez más enojada-
-Que?! Que pasa?! -dije algo sobresaltado-
-Hazme caso! -hizo un puchero-
Me levante y la abrace fuertemente.
-Qué haces aquí? -pregunte extrañado- no estabas en...?
-Exacto! Lo estaba~
Debería explicaros como es Mei...
La verdad es alguien bastante normal, pelo castaño, ojos marrones, estatura alta... MUY alta... piel blanca, etc.
Pero lo que le hacía estar... loca, por así decirlo, era ...
-Y dime Yukio! Viste yaoi en mi ausencia!?
Eso...
-Eh... claro... -mentí-
-Hmp... -me miró con una mirada de desconfianza- que anime?
Mierda.
-El anime...? E-eh...
TIERRA TRAGAME! LA HE CAGADO!
-... -sonrió tiernamente- corre por tu vida ahora que puedes, Yukio... corre AHORA...
No tuve más remedio que correr hacia mi casa lo más rápido que pude... que Mei te persiga con la intención de hacerte leer 9 tomos de un manga yaoi no es algo bonito.
-ESTE SERÁ TU CASTIGO! -gritaba tras de mi-
-Perdón! Perdón! Perdón!
Al fin, cuando logre llegar a mi casa le cerré la puerta en las narices a Mei.
-Puedes esconderte! Pero no huir! -fue lo último que le escuche decir después de cerrar la puerta-
Me dirigí a las escaleras para irme a mi habitación hasta que escuche a mi padre llamándome desde la cocina.
-Yukio!
-¿...? -entre a la cocina- si?
-Hiciste las paces con tu hermano?
-sí... -mentí-
-... -suspiró cansado- está bien, pero no lo vuelvan a hacer.
Ahora si, subi a mi habitación y me encontré a Kazuya dormido en mi cama.
-... -lo observé durante un buen rato-
-Que miras tanto? -murmuró medio adormilado-
-E-eh... -no me salían las palabras-
-Ah... por cierto... -se sentó en el borde de la cama-
-Q-que?
-... -se levantó y me abrazó fuertemente- perdona todo lo que hice esta mañana, por favor...
-Y-yo... -me lo pensé un poco- te perdono -le sonreí-
Él rió un poco y beso mi mejilla.
-H-Hey...!
-Que? -empezó a reir- mejor eso que ser violado, no?
Me sonroje bastante.
-Ya, ya... lo siento -sonrió de lado-
Oh, esa sonrisa... espera... que?
-Ven -me jaló de la muñeca-
-Eh... dónde me llevas?
-A dormir
-¡...! -le miré sorprendido-
-No haré nada, lo juro -me hizo señas para que me tumbara con él-
Obedecí no muy seguro de lo que hacía.
-Relájate -me abrazó por la cintura-
-E-está bien... -murmuré-
Al final todo lo que ha empezado mal a acabado bien...
Oh no... no todo...
MEI!