El sueño de los dos

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En un lujoso apartamento de Nueva York, donde se podía contemplar  los rascacielos perdiéndose entre las nubes, se encontraban los padres de Shinichi, hablando sobre las pruebas que obtuvieron después de investigar al marido de karateka.

— ¿Qué hacemos Yusaku?—Preguntó Yukiko, mientras tomaba una copa de vino— Ran estará esperando nuestra llamada.

— Creo que no teníamos que haber cedido en esto Yukiko —Respondió Yusaku con una mano en la barbilla—No esperaba encontrarme con esta situación.

— En todo caso, ya es tarde para arrepentirse, debemos cumplir con este favor y contárselo—Dijo la ex-actriz, disfrutando de las vistas—. A no ser que...

— ¿Hagamos que él mismo confiese?— Yusaku terminó la frase.

— ¡Exacto!  Entonces mañana le haremos una visita—Yukiko se emocionó ya que disfrutaba del drama. Luego miró a su marido con la intención de comentarle algo—. Por cierto querido, yo...

—Sé lo que vas a decir, Yukiko —La pareja tenía una conexión inigualable, no era necesario formular ni una palabra más—, sabes que ahora no es el momento, lo hablaremos con ella cuando estemos en Japón.

— Supongo que tienes razón—Dijo la ex-actriz sentándose al lado de Yusaku — ¡La verdad es que todo esto se está poniendo muy interesante!

— Cariño, tranquilízate por favor—El novelista, se quedó anonadado frente a la euforia de su esposa.

En la casa de los Hattori, el detective del Oeste, estaba más negro que la capa de Lord Voldemort. Si la vida misma se tratase de pura ficción, sin ningún problema a él see vería saliendo por la ventana con humo en los oídos, ya que su cabeza no estaba asimilando fácilmente, la información que, su esposa, se encontraba contándole en estos momentos.

— No me lo puedo creer ¿Estás hablando en serio Kazuha?—Diji Heiji, dejando caer sus manos sobre las rodillas.

— Sí, muy en serio.

— ¿Y por qué me estoy enterando ahora? ¿Por qué no me lo has dicho antes?—El moreno entrecerró los ojos, cuestionando a la ojiverde.

— Le prometí a Ran guardar el secreto —Dijo Kazuha, justificando su silencio.

— Pero no es justo para Kudo, tiene que enterarse de todo esto.

— Ah no, de eso nada, esto es algo que Ran me ha contado a mí y no te permito abrir la boca. Tú nunca me llegaste a contar a mi que Conan siempre había sido Kudo así que...Uysh— Kazuha se tapó la boca inmediatamente, dejando a Heiji boquiabierto.

—¿Quién te ha contado eso?—Dijo Heiji, sin quitar la cara de asombro.

—E-Esto bueno yo—Rió nerviosa—N-No me hagas caso a veces digo tonterías.

— De tonterías nada, Kazuha. Esa información era totalmente secreta ¿Qué más sabes? —El moreno fijó la mirada en su mujer con un semblante serio, pero ella ya había hablado demasiado y no podía decir ni una palabra más.

— Lo siento Heiji, no puedo contarte nada más, estaría traicionando a Ran, así que deja de preguntarme sobre  el tema  porque no te diré nada más —Ella quiso finalizar la conversación, dándole la espalda  para dormir.

— Espera, un momento...Un momento, no puedes dejarme así Kazuha—Heiji era muy cabezón, así que comenzó a insistir, no dejando dormir a su esposa— ¿Acaso, Ran ya lo sabía?

La ojiverde se volteó, posando la mirada sobre el detective del Oeste.

— Jo, Heiji ya te dije que no puedo hablarte de ello. Por favor, no me hagas más preguntas, solo te voy a pedir que no le digas nada a Kudo, esto no te concierne a ti ni a mi decirlo.

Sueño [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora