Recuerdo que cuando era pequeña solía estar en contra de todo lo que me decían, era altanera y sarcástica, en pocas palabras era el tipo de persona que te encantaría odiar. Era una niña chaparrita, delgada y de cabello rizado negro.
Al crecer mi personalidad fue empeorando y todos a mi alrededor comenzaron a alejarse de mí, pronto comencé a andar en malos pasos y comencé a tomar y a consumir drogas, mi madre (quien es una persona de fuerte carácter y que su altura intimidaba a cualquiera) me dio la espalda y muy pronto me encontré sola, sin nadie a mi lado; un día mientras estaba en la calle conocí a un chico un poco mayor que yo, su nombre era Josué, era un chico muy dulce, inteligente, de estatura media y que estaba por acabar la universidad.
Al poco tiempo nos encariñamos el uno con el otro pero por más que intentaba no podía alejarme de las drogas o del alcohol, y mucho menos deshacerme de mi horrible carácter; un día tome tanto que perdí el conocimiento y la conciencia de mis actos, lo último que recuerdo es que tratar de atravesar una enorme carretera y a un carro viniendo hacia mi... sentí que alguien me abrazo por detrás y todo el impacto del parachoques.
Cuando desperté me encontré en un lugar nunca antes visto, un paisaje verde como una pradera pero no era eso si tuviera que describirlo diría que era el perfecto lugar para descansar en paz; y una voz me llamaba, en ese momento contemple la figura de un ángel que aunque no le distinguía el rostro alcance a oír a la perfección lo que aunque era un aviso parecía una sentencia.
-¿Te das cuenta de lo ocurrido?- pregunto aquella voz lastimera- aquel hombre llamado Josué puede morir y tú te encuentras en un estado en que puedes entrar en coma, todo a causa de tus adicciones-
-¡¡PERO... NO FUE MI INTENCION, QUISE CAMBIAR pero no pude!!...
-Lo único que sé es que no despertaras, te quedaras aquí, hasta el fin de los tiempos-
Al entender mi situación comencé a llorar, comprendí que si hubiera valorado todo lo que tenía no hubiera estado en este predicamento, comencé a gritar y a gemir por una segunda oportunidad pero el ángel solo me miraba en silencio.
-¡ME ARREPIENTO!- grite- te lo imploro... déjame volver, déjame intentarlo una vez más- en ese momento de desesperación sentí que algo me atraía hacia atrás, el ángel sonrió y sentencio- parece que te han otorgado otra oportunidad-
Al despertar me encontré en las sala de urgencias, donde todos estaban contentos de verme con vida.
-Y entonces ¿Qué paso abuelita?- dijo Karen
- El tiempo ha ido borrando los rastros de mi memoria, pero recuerdo que al entrar en la habitación del hospital vi a tu abuelo durmiendo tranquilamente en la otra cama de la habitación.
En ese momento decidí que debía cambiar, para demostrarle al ángel que no desperdiciaría aquella segunda oportunidad- al decir esto vi que mi nieta se había quedado dormida en mi regazo.
Voltee a ver el retrato de mi difunto esposo; el cual me había concedido un camino cuando mi propia familia me dio la espalda, el cual me concedió una hermosa hija quien más adelante me daría una hermosa nieta y quien me dio el cariño y el amor que nadie más me brindo.
Al cerrar los ojos volvió a ver la figura del ángel que hace ya mucho tiempo contemple, solo que había una ligera diferencia, esta vez pude distinguir su rostro, por lo cual comprendí que era momento de abandonar este mundo, pues estaba segura de que esta vez no tenía arrepentimientos.
-Lo hiciste bien vieja amiga- pronuncio el ángel- aprovechaste al máximo la segunda oportunidad otorgada.-
-No la considere una oportunidad- comente- lo tome como un aviso de que cambiara mi vida.-
Y con estas palabras nos estrechamos de la mano para que me guiara a ver a mi esposo, mientras Karen trataba de despertarme de un eterno y placentero sueño.
FIN
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El aviso de la vida
RomanceDrogas, alcohol y nadie mi lado.... Solo esa sentencia me bastó para entender lo que debía hacer.....quería vivir con la única persona que jamás me dió la espalda