Capitulo 1

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No supo cómo o en qué momento había terminado en aquel lugar, estaba seguro de que se había quedado dormido en su habitación, específicamente en su cama en Los Ángeles con la cobija morada que más le gustaba luego de terminar de grabar un capítulo de Planeta Vegetta y Karmaland. Ahora se encontraba en una habitación diferente, con paredes cubiertas de empapelado color café, en el techo había un juego de focos estratégicamente colocados para alumbrar la habitación, un ordenador y algunas consolas en la pared de la izquierda a un lado de la puerta, en el frente un tocador lleno de maquillaje y adornos que le parecieron extraños al igual que un ropero gigante y una ventana en el lado derecho de la habitación que daba a una calle medianamente tranquila. Pero lo peor no era el hecho de que se encontraba en una habitación que desconocía por completo, tampoco que cuando había abierto los ojos lo primero que había visto había sido el rostro de su mejor amigo, compañero y además casi hermano a un lado durmiendo completamente tranquilo, sino más bien, que parecía dolerle la cadera y sentía un peso extra en su pecho. Sus manos se movieron por debajo de la sabana y un escalofrío recorrió su cuerpo al darse cuenta de que no traía ropa, aquello no le había gustado nada, primero un pecho luego el otro, bajó un poco más y se encontró tocando su vientre ...

— ¡¿QUÉ?! — Había pegado el grito al cielo y sin evitarlo se cayó de la cama jalando por completo las cobijas que ahora lo cubrían. Tenía miedo.

— ¡Joder! ¿Qué pasa?— Guillermo se alzó de golpe mirando lo que sucedía, Vegetta escuchó en su voz el tinte de sorpresa. Alzó el rostro para mirar la cama, el rostro de Guillermo era diferente o quizá era su imaginación, de lo que estaba seguro era que este Willy no era su Willy y ese cuerpo no era de él— Madre mía, casi me matas de un susto— siguió comentando su amigo, pasando una mano por su cabello y suspirando del cansancio para luego volver a acomodarse en la cama.

— ¿Qué-que haces aquí? — dijo Samuel con una voz que definitivamente no era la de él, sabía que su voz podía sonar de chaval y quizá un poco afeminada, pero de lo que estaba más que 100% seguro era que ahora su voz ahora era de chica. — Mi voz...— susurró para sí, no entendía absolutamente nada.

— Sam ¿Estás bien? — le había preguntado Guillermo ¿Quién demonios era Sam? Y por qué coño no le explicaba las cosas, quizá había alguna fuga de gas en el edificio y por ello estaba teniendo alucinaciones, si debía de ser eso.

— ¿Quién es Sam? — Preguntó Vegetta — ¿Esta es alguna clase de alucinación formada por mi extraña y retorcida cabeza? ­— le dirigió una mirada esperanzada, de verdad quería que le dijeran que era eso.

— Vale, la caída te afectó un poco — Guillermo se levantó de la cama, Vegetta se dio cuenta de que también se encontraba desnudo, eso sumado a su dolor de cadera y el hecho de que estuviera desnudo o desnuda, llámalo x llámalo y, solo le daban una jodida conclusión.

— ¿Acaso tuvimos sexo?— le preguntó, no se asustaba con facilidad pero en esta ocasión le aterraba saber la respuesta..

Guillermo le vio como si le hubiese salido un tercer ojo, se encontraba completamente incrédulo ¿De verdad estaba preguntado esa clase de cosas? — Madre mía, creo que de verdad estás perdiendo la cabeza — se acercó hasta él y claro que Samuel retrocedió aun en el suelo y con las cobijas arrastrando. — ¿Qué leches te sucede? Me tratas como si no me conocieras — comentó Guillermo y Samuel pudo distinguir que se encontraba herido.

— Joder macho, lo siento... no me siento bien — comento intentando sonreír, no estaba seguro si funcionaría, aquel no era su rostro y no sabía que tanta falsedad podía lograr en una sonrisa femenina. — Iré al baño...­— se levantó como pudo y se aproximó a la puerta para salir corriendo, le dolía a horrores la cadera y no tenía la menor idea de a donde tenía que ir, ¡No era su casa joder! Tuvo que detenerse por un momento y pensar, así no conseguiría llegar al baño, abrió la primera puerta que encontró y se dio cuenta de que era una habitación sin usar, o al menos parecía no haberse usado hace tiempo, había sabanas limpias y todo se encontraba en perfectas condiciones, reconoció por un momento el ligero olor del shampoo de Guillermo, frutas. Caminó por la habitación y la examinó, había algunas fotos en un tocador parecido al de la habitación donde había despertado, reconoció a Guillermo pero no a la chica que se encontraba a su lado, pelinegra de buen cuerpo y una sonrisa que recordó como suya. Era él, o ella.

Yo no soy ella -Fanfic Wigetta-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora