César Walls, un niño con una infancia horrible. Desde que tiene uso de razón solo recuerda maltratos, gritos, insultos, golpes y demás. Tuvo que vivir con su madre, su hermano mayor y su padrastro, el ser que mas detesta, de hecho, el único que detesta con toda su alma. Quizás por el hecho de que éste lo golpeaba cuando llegaba ebrio a casa, o porque le repetía constantemente que no servía para nada, que en ocaciones no lo dejaba comer alegando que no era su hijo y no tenia responsabilidades con él, quizás porque rechazaba cualquier cosa que viniera de César, quizás porque golpeaba a su hermano igual que a él... Puede que alguna de esas razones lo hayan motivado a odiarlo pero sin duda alguna, la razón que lo llevo a "Odiarlo con toda su alma" era que golpeaba a su mama, su amor mas grande.
Al pasar el tiempo el joven "Hater" como algunos lo llamaban a modo de burla e insulto se refugió en la música pesada y cualquier concepto de oscuridad posible. Empezó a sentir que los artistas de este tipo de música realmente lo entendían, que la mayoría de ellos vivieron cosas similares a él que los llevaron a expresarse como lo hacen.
"Mas que odio en el metal escucho y veo tristeza. Tristeza por ser rechazado por tu forma de vestir, andar, pensar, hablar... Tristeza por cualquier cosa que la vida los hizo vivir. Veo y escucho tristeza... Ellos solo intentan disimularla expresando odio que es quizás una de las etapas de ésta... Ellos si me entienden" Decía el joven cada vez que le preguntaban por qué escucha "Esa cosa del diablo".
Bueno, cada quien debería poder decidir que es lo que escucha y lo que no, después de todo eso es cuestión de gustos. Pero el padrastro de César no pensaba lo mismo, su opinión era la única importante. Por eso lo golpeaba cada vez que lo descubría escuchando ese tipo de música y peor aun si vestía una franela de algún grupo o si se vestía de negro, de ser así todos los vecinos se enterarían que en esa casa ocurría una matanza y no porque alguien lo contara... Sino porque todos lo escuchaban. Pero claro, nadie decía nada. Preferían no meterse en eso.
"Yo los enseño a ser hombres, en mi casa no quiero maricones o niñas lloronas, aquí son machos porque yo lo digo. Yo soy el jefe y aquí se hace lo que me de la gana. Sírvanme" Decía el machista padrastro ignorando que si aprietas con fuerza la plastilina para guardarla en tu mano, al no haber mas espacio dentro de ella, ésta saldrá por los espacios de tus dedos y solo crearás un desastre que tendrás que limpiar.
César se cuestionaba constantemente si su existencia era importante, si realmente tenia un propósito en este mundo. Lo que lo llevó a pensar en el suicidio, acto que no cometía no por temor al dolor o porque le importara su vida, sino porque no quería que su madre y su hermano sufrieran mas.
Un día que empezó con mal pié, se torno negro en la tarde mientras estaba en el colegio y finalizo eternamente oscuro al llegar el joven a su casa, solo con abrir la puerta recibió un correazo en la cara, justo entre la mejilla y el ojo izquierdo. Por supuesto al ser algo que no esperaba quedó el shock añadiendo el dolor evidente. El padrastro lo toma por el cuello con su mano izquierda, le escupe la cara, lo golpea con el puño en su estomago y lo empuja a una silla. César inútil por el dolor solo intenta soportarlo. El enfurecido padrastro toma unas cuerdas y lo ata a la silla por las manos y por los pies. Lo golpea entre la ceja y la frente en el lado derecho de su cara con la hebilla de la correa. Su cara sangraba tanto que manchaba su franela. El joven baja la cara sin mencionar una palabra, solo soportando "Su parte de la vida". Hasta que escucha unos ruidos que provienen del segundo piso, era el padrastro trayendo arrastrado al hermano de César, que estaba muy golpeado y atado por los pies como si de un animal se tratase. Se escuchaban golpes en la escalera y gritos, al escucharse un poco mas cerca el joven notó que estaban casi llegando a él. Al entrar al alcance de su vista notó que los golpes en las escaleras era la cabeza de su hermano golpeando escalón por escalón y los gritos era el mismo ante su impotencia por estar atado.
El grotesco padrastro ató entonces a ambos hermanos a la misma silla con dirección a la puerta principal mientras veía llegar a su esposa, tomó un bate y al ella entrar lanzó un golpe fuerte que a no ser porque la mujer interpuso su brazo la golpearía en el pecho. Ella llorando de dolor y angustia por saber lo que venia aun cuando desconocía la causa solo sintió cuando la punta del bate golpeaba su estomago. Ella cayó al suelo mientras el rabioso hombre la golpeaba sin piedad.
El hermano de César lloraba y le gritaba que la dejara, lo que causaba que también a él lo golpearan. César, por otro lado dejaba escurrir lágrimas, pero no se notaba en su cara ninguna expresión, ni de dolor, ni de agonía, ni de miedo.... Ningún tipo de expresión, solo tenia la mirada fija en la cara cada vez más deformada de su mama.
Al pasar aproximadamente dos horas el hombre enfurecido salio de su casa dejando a los dos jóvenes atados y a la mujer en el piso inconsciente. Fue entonces cuando empezó a crecer el parásito mas peligroso conocido en el mundo, una idea:
- ¿Por qué a los malos nunca les pasa nada? ¿Por qué siempre se sale con la suya? ¿Por qué si yo sufro el no sufre?. Él debe pagar...-.