Capítulo N° 11

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No quería decir nada al respecto, ella parecía muy ilusiona con el hecho de que nuestras  manos indicaran que somos "el uno para el otro", tonterías de mujeres. Me preocupaban muchas cosas en ese momento: ¿Por qué Collins organizó una fiesta de la cuál yo no sabía nada hasta que ella me llevó allí?, ¿Por qué Spencer se fue sin mi? ¿Por qué ha vuelto a llorar?. 

-Spencer, dime tu parte de la historia por favor.- Alejé mi mano de la suya con gran sutileza, no quería que pensará que el contacto de pieles me molestaba pero necesitaba mostrarme más serio en el tema, sin distracciones.

- ¿Mi parte? No entiendo, Declan.- Se reincorporó en el sofá acomodando su falda, un tanto corta para mi gusto, su rostro permanecía entre risueño y serio, sin duda quería mostrarse interesada en lo que yo le decía.

- Me refiero a la fiesta, Spencer.- Sonrió mirando hacía un cuadro que se encontraba en frente de nosotros, era ella y su... ahora, ex novio.

- Lo siento por haberme ido luego de que me ayudaste pero por algún motivo no puedo hacer las cosas bien, siempre termino recordando lo feliz que era con él. - Sus ojos empezaron a cristalizarse. Así que esto es lo que las personas normales se sienten luego de la pérdida de alguien realmente importante.

"La impotencia es solo un defecto humano" "Muéstrate más fuerte y busca venganza" "Gracias a la impotencia tú no eres feliz querido Declan" "Recuerda que ella murió a causa de un estúpido que era incapaz de hacer algo bien" "Deshazte de ella"  "Ahora" "Ahora" .

Agité mi cabeza de un lado a otro, las voces volvieron luego de tanto tiempo de permanecer calladas e inertes en algún lugar de mi cabeza. Ella mantenía su rostro mojado por sus estúpidas lágrimas victimizadoras. Yo por otra parte intenta ignorar los susurros, eran tan molestos.

-Ya... ya debo irme, nos vemos luego, veo que no estás bien, mejor te dejo sola.- Me levanté y sin importarme lo que dijese ella, salí de ese lugar. 

***

-Debes parar todo esto, ya. ¿Quieres acaso matarla de una puñalada? ¿Quieres acaso salir huyendo de nuevo?.-  Ya comenzaba a acostumbrarme a que él me tratara como si fuese su hijo. Estúpido Collins.

-¿Te puedes callar imbécil? .- Tomé lo primero que vi y se lo lancé, lástima que fallé y el jarrón fue a parar en una pared. 

Mi respiración estaba agitada y como es común, la cabeza me dolía demasiado, me alejé de la sala y me dirigí a mi habitación. Era la típica situación en la que las voces empezaban a dominarme. Si ellas no estaban felices entonces yo tampoco lo estaba. 

"Mata" "Mata" "Mata" "Ya es hora de sacar al niño sangriento" "Vamos" "Vamos" "Es hora de jugar" "¿No extrañas tu color favorito?" "Vamos" "Vamos" "Sabes que amas ver el color rojo" "Mata" "Mata"

Estuve a nada de hacerles caso. Había logrado encontrar un cuchillo debajo de un estante en mi habitación. Bert no dejaba de gritarme, él quería que me calmará pero las cosas no son así de simples. Él seguía mis pasos alrededor de la pieza. Tomé una chaqueta delgada (ya que el clima estaba cálido) con capucha, unos guantes que de una u otra manera aparecían en mi cajón de medias y unas gafas de sol bastante grandes para mi rostro de tal manera que cubriesen algo de  mi identidad. 

Ya con todas las cosas ocultas debajo de la chaqueta, salí de la habitación ignorando a Bert, de vez en cuando él intentaba pararme tirando de mi brazo pero tras yo mirarlo me soltaba. Abrí la puerta de salida y entré al elevador, él aún me seguía, de hecho cerró la puerta de mi departamento con pestillo. Ya abajo podía sentir como la gente se mantenía expectante a mi como si supieran que planeaba hacer, sus miradas me ponían peor, sentía que debía clavarles a todos el cuchillo que traía conmigo. El camino del elevador hasta la recepción se hizo eterno, la ansiedad se apoderaba de todo mi cuerpo a tal punto de hacer temblar mis puños los cuales estaban ya con los guantes y dentro de los bolsillos de la chaqueta. Mordía mis labios constantemente. Podía escuchar lo rápida y pesada que iba mi respiración y eso llegaba a alterarme más. Salimos juntos del lugar. Me apresuré para alejarle pero él igual se apresuraba. Collins me tomó del brazo justo cuando estaba a punto de acercarme a una persona para hablarle. Giré a mirarle, fruncí al ceño cuando le vi acercarse a mis labios, me alejé por instinto entonces él decidió jalar mi brazo y llevarme a un callejón que estaba a unos metros de nosotros.

¿QUE QUIERES DE MI? || Dane DeHaan || GayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora