It's all fun and games until someone proposes to you [narry drabble]

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Aclaración: esta historia está inspirada en este hermoso fan art {http://stylanarchive.tumblr.com/post/136214238915/castlestylan-narrylime-for-you-and-for-your}, es corta pero vale la pena leerla.  

―Tiene que ser Jagger― Respondió Niall después de un minuto de meditarlo, observándome con una pequeña sonrisa conocedora dibujada en sus labios. Por supuesto que tan sólo iba a costarle unas pocas pistas adivinar qué persona había elegido para él, siempre había sido de esa forma. Me conocía demasiado bien.

―Sí, lo tienes. Eres tan bueno en esto.

―Me la pusiste fácil― Fingió modestia, aunque estaba seguro de que él tenía bien en claro su potencial para ese juego: ya habían pasado cinco años desde la primera vez que se me había ocurrido entretenernos de esa forma, y él me había vencido en el ochenta por ciento de las rondas. Se quitó el papel que hasta ese momento se adhería prolijamente con cinta a su frente, despojándose así de Mick Jagger, y recortó con sus propios dedos un nuevo trozo amarillento de la hoja ya casi consumida que estábamos utilizando para nuestro juego. ―De acuerdo, te daré una buena esta vez― Murmuró para luego comenzar a garabatear algún nombre con el bolígrafo, sin dejarme otra opción que no fuera admirar su belleza. Sus suaves facciones estaban contraídas y evidenciaban su concentración; entrecejo fruncido, labios presionados en una línea fina, nariz levemente fruncida. De pronto mi único deseo era ponerle un fin a lo que estábamos haciendo para poder besarlo sin parar durante horas. Sin embargo, antes de que pudiera hacer mi sugerencia, ya tenía un nuevo papel pegado en mi frente. ―Aquí tienes, bebé.

―Hm, ¿Es un chico?

―Sí.

―¿Es guapo?

―Muy.

―¿Inteligente?

―Eso quisiera.

―¿Lo conozco?

―Lo conoces muy bien, al igual que yo.

―... ¿Él te gusta?

―Sí, y mucho.

No pude evitar que la sangre se acumulara en mis mejillas al notar la forma en la que Niall estaba observándome, como si hubiera visto el sol por primera vez en su vida. Esa era una de las cosas que más me gustaba de él; que podía hacerme sentir especial con una simple mirada. ―¿Soy yo?― Niall asintió lentamente, y una enorme sonrisa ocupó lugar en mi rostro. ―No puedo creer que gané. Debe ser, como, la tercera vez en la historia.

―Exageras.

―¡Por supuesto que no!― Exclamé, quitando la cinta adhesiva de mi piel. ―De todos modos, lo hiciste muy fá― Mi boca se cerró en el instante en que ojee la inscripción plasmada sobre el trozo de papel que había estado pegado en mi frente.

Mi prometido.

Las lágrimas nublaron mi vista automáticamente, mientras que mi cerebro intentaba procesar todo lo que estaba ocurriendo. Sin embargo, fui capaz de divisar la pícara sonrisa que tironeaba de las comisuras de los labios de Niall. ―¿Estás bien?

―Oh, cállate― Sollocé, sintiéndome incapaz de formar una oración coherente.

―Bueno, en cualquier caso, esto es tuyo― De un momento a otro un anillo de oro estaba ubicado en el centro de la mesa, el cual tomé rápidamente con mi temblorosa mano derecha. Durante unos segundos todo lo que hice fue observar la circunferencia dorada mientras un sinfín de lágrimas se deslizaban a través de mis mejillas, hasta que reuní el valor suficiente para encontrarme con los ojos -llenos de amor- de mi futuro esposo. ―Entonces... ¿Qué dices? ¿Te casarías conmigo?

Instantáneamente después de que formulara esa pregunta, corrí a sus brazos. Él dejó salir una suave risa que provocó un estúpido cosquilleo en mi estómago, y me apresuré en esconder mi rostro en su cuello mientras que sus manos acariciaban con delicadeza mi espalda en un intento de calmar mi llanto. Y, cuando dio resultado, me acomodé sobre su regazo de modo en el que quedamos frente a frente y deposité un pequeño beso sobre sus labios antes de responder con seguridad: ―Sí, por supuesto que sí.