La Coleccionista → EXO

d i e c i s i é t e | don't stop, hyung » kaisoo

Título: don't stop, hyung (no te detengas, hyung)
Pareja: kyungsoo + jongin
Rating: nc-17
Género: smut, /top!soo bc #YOLO
Número de palabras: 1.9k
Resumen: Si de necesidades hablemos, ninguna como la de Jongin frente a su hyung, Kyungsoo hyung.
N/A: Esto es lo que pasa cuando te vistes a las tres pm para ir a visitar a tu mejor amiga porque estás aburrida y cae señor palo de agua y no puedes salir bc tienes un pestón que a duras penas te deja respirar (Nota del año pasado lol)
Fecha de Publicación: 01/07/15

🙈🙊

Hay necesidades que no pueden explicarse aún si se intenta. Donde las manos pierden la gestualidad y la boca el poder de recrear significados más allá de lo que salta a la vista. Hay necesidades que sólo pocos necesitados saben sobrellevar. Una necesidad que empieza y muere en manos de otra persona.

Porque esa persona termina siendo la necesidad.

Jongin lo sabe. Cada día al regresar de la Facultad de Artes, y cuando percibe ese olor agradable manando de la cocina, puede con fe afirmarlo. Cuando descuidadamente se quita los zapatos y se deja arropar por ese aroma que lo transporta a otro lugar; cuando manos ágiles que le quitan el abrigo y un ¿Cómo estuvo tu día, Jongin-ah? son la grata bienvenida a su pequeño hogar; cuando besos se reparten en sus mejillas y voz acompasada dice Ve a lavarte las manos, la cena ya está lista.

Si bien, el mundo puede decir que Jongin es como una máquina que ejecuta órdenes, pero es de Kyungsoo, su dueño, de quien se trata, entonces él no piensa en la idea de quejarse. Jongin es como un manojo de emociones cuando Kyungsoo le recibe con esa sonrisa de corazón tintada en sus labios y esos ojos que parecen estar atentos a su alrededor y aún así hacerlo parecer el ser más apuesto del universo.

El universo de Jongin.

Kyungsoo con entrega sirve platos sobre la mesa y Jongin lo sigue atentamente con su mirada. Siempre dice que él es como un cisne sobre el escenario, brillante y talentoso pero Jongin mismo lo define como una hoja, yendo y viniendo con elegancia por la cocina, con una camisa que le dobla el tamaño en las mangas, un short azul corto, y con una galanura que cualquier persona envidiaría. Una gracia que desfila únicamente para Jongin.

—Luces cansado —comenta Kyungsoo. El último plato ha sido servido y él toma asiento en frente de él—. ¿Te apetece un masaje luego de la cena?

Los ojos de Jongin parecen dos esferas luminosas frente a la petición de Kyungsoo. Una mirada que dice mucho más que sólo palabras se pinta en el rostro de su compañero y él con euforia asiente.

Esa necesidad que late en Jongin hace que los bocados de arroz sean más grandes porque quiere terminar rápido y sentir cómo los dedos pequeños y blanquecinos de Kyungsoo se pasean por su cuerpo y tiran lejos el estrés de un día ajetreado en la facultad.

De por sí, él necesita a Kyungsoo enteramente, no sólo dedos y pequeñas partes de su cuerpo.

—Come más lento, no voy a ir a ningún lugar —sisea Kyungsoo, con el cubierto en la boca provocativamente y con esas sonrisas que hacen que Jongin quiera tirar todos los platos al suelo y que Kyungsoo tome todo de él sin miramientos.

—Lo siento, hyung —murmura, mejillas sonrosadas, y manos sudorosas.

Jongin no lo está llevando bien.

De hecho, no lo lleva bien desde hace dos años.

Es como un niño pequeño que se escuda en los brazos protectores de Kyungsoo y éste le recibe con alegres sonrisas.