Capítulo 12

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Me senté en mi sitio asignado ¿lo peor? Junto a quien me acababa de humillar. Justin me miró mal cuando me senté a su lado. Ni que lo hiciera por gusto.

Nos sirvieron el primer plato, el segundo y el postre. Los adultos hablaban de negocios, yo no entendía nada y los niños tampoco así que estuvimos toda la cena en silencio. Cuando terminamos salimos del lujoso restaurante. James y Amy se despidieron de los compañeros del trabajo de James.

Empezamos a caminar, simplemente dando un paseo. Jazzy estaba a mi lado agarrada de mi mano y contándome cosas, yo no la estaba escuchando, estaba cansada así que simplemente asentía y de vez en cuando soltaba algún ''¿en serio?''. Después de un rato por fin nos subimos a la limusina, yo seguía alucinando.

-Se ve que nunca has estado en una... -me dijo James. Yo negué con la cabeza. Esta vez el chófer no abrió la ventanilla del techo, pero en seguida llegamos a casa. Jazzy y Jaxon se quedaron dormidos a mitad de camino, lo entendía perfectamente, yo también estaba a punto de quedarme dormida, había sido un día bastante largo para todos. Nos abrieron el portón, Amy llevaba a Jazzy en brazos y James a Jaxon. Por fin entramos a la casa y Amy subió en seguida junto a James para dejar a los niños en sus habitaciones. Me dirigía a las escaleras para subir a mi habitación pero algo me detuvo. Pude ver como Justin se sentaba en el sillón, apoyaba los codos en sus piernas y se tapaba la cara con sus manos. Fui hasta él y me quedé mirándolo. Me había tratado fatal pero aun así me quedé ahí dispuesta a preguntarle que ocurría, intentaba ser la persona que yo tantas veces necesitaba cuando estaba mal.

-Justin... -dije con la voz débil, sobre todo quería evitar que volviera a ahogar sus penas en alcohol en vez de desahogarse con alguien.

-Fuera de aquí Michelle. -me dijo tan seco como siempre.

-Intento ayudarte

-¿Por qué? No necesito ayuda y menos de una niñata como tú. -dijo mirándome con asco.

-Esta niñata es posiblemente la única que aun que la trates mal se digna a preocuparse por ti. -dije intentando defenderme de sus insultos.

-Michelle, fuera de aquí, es que no lo entiendes... desaparece de una vez por todas, nadie te necesita. -me dijo con el mismo desprecio. Yo simplemente me quedé callada ahogada en mis pensamientos y salí de ahí, dirigiéndome a mi habitación.

En cuanto entre cerré la puerta y me pegué a ella, dejándome caer al suelo y llorando, estropeando todo mi maquillaje. Porqué me trataría tan mal, un día es bueno conmigo cuando le ayudo y acabamos abrazados y otro día me trata como si no valiera nada y lo peor es que empiezo a creérmelo.

Me quito el vestido y me pongo una camiseta larga de chico, me lavo la cara y me quito el peinado, dejando mi oscuro pelo suelto. Me acuesto en la cama y empiezo a pensar, ¿Y si Justin tiene razón? Quiero decir... ya no le importo a nadie y mi madre era la única persona que adoraba, ella era mi todo y ya no estaba. Se me hacía demasiado. Demasiado peso en mi, demasiado odio cuando era lo último que necesitaba. Empecé a recordar mi conversación con Justin en el restaurante.

-¿por qué me ignoras?

-Michelle... suéltame.

-No hasta que no me digas que te he hecho.

-Me caes mal, no quiero saber nada más de ti, ojalá te fueras de mi casa y desaparecieras.

En seguida mi mente se llenó de las cosas que me decían cuando sufría bullying. Me convencía a mi misma de que lo había olvidado pero la verdad es, que es algo que no me deja avanzar en esta vida. Me retiene y no deja que siga con mi vida y sea feliz.

-Nadie te quiere... muérete...

-¿Alguien quiere a Michelle?

Y también la conversación que acababa de tener con Justin.

-Michelle, fuera de aquí, es que no lo entiendes... desaparece de una vez por todas, nadie te necesita

Y entonces me di cuenta. Justin tenía razón. Nadie me necesita... Mi madre ya no esta conmigo y ella era prácticamente lo único que me hacía avanzar en esta vida. Si desapareciera todo sería mejor, nadie me echaría de menos, y al contrario... se alegrarían de mi muerte. Mis amigas se pondrían tristes, pero al cabo de un corto tiempo podrán seguir con sus hermosas vidas. Debería morir... y encontrarme con mi madre en el cielo, ''he de hacerlo'' -pensaba.

Seguía pensando hasta que mi mente se quedó en blanco y me quedé dormida. Oigo como alguien toca a mi puerta.

-Michelle cariño, no quiero despertarte... pero es que es tarde y si sigues durmiendo no vas a poder dormir esta noche... -Era Amy. Miré el reloj que tenía en la mesita y eran las 12 y media del medio día. Amy tenía razón, ya era hora de levantarme.

-Tienes razón Amy, ya salgo.

-Vale, no tardes mucho para que desayunes, porque si no almuerzas directamente.

Me hice un moño alto y salí, baje las escaleras y entre en la cocina. Para mi ''buena suerte'' Justin no estaba ahí así que podía desayunar tranquila sin sus insultos. Cuando terminé de desayunar subí a mi habitación, me duché y me vestí con un vaquero apretado oscuro y una blusa cortita de encaje blanco. Salí a dar una vuelta por el jardín, acordándome de todo lo que pasó la noche anterior. Me senté bajo un árbol bastante grande que daba mucha sombra y del que florecían una pequeñas flores blancas. Estaba sola y de nuevo, era lo último que necesitaba.

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