Un Bebé En El Área (Newt y tú) CORRIGIENDO ORTOGRAFÍA

3. Diecisiete

-Es de Gally.

No tuvimos que explicar nada. Brenda y Jorge habían empezado a trabajar para CRUEL hace mucho tiempo, asi que sabían quién era Gally.

-No es posible que sea él-dijo Brenda.

-¿Por qué no?-preguntó Thomas-. ¿Qué pasó con él después de que nos llevaron de allí? ¿Acaso...?

-¿Murió? No. Permaneció alrededor de una semana en la enfermería porque se había roto un pómulo. Pero eso no fue nada comparado con el daño psicológico. Ellos lo usaron para matar a Chuck porque los psicólogos pensaron que los Paradigmas serían útiles. Todo estuvo planeado. Obligaron a Chuck a interponerse delante de ti. Escuché que uno de los Psicólogos diseñó esa interacción como una Variable no sólo para ti y los Habitantes que estaban presentes, sino también... para Chuck, durante sus últimos minutos de vida.

-Ya nada me sorprende-masculló mi hermano con los dientes apretados.

-La mente de Gally no logró enfrentar lo que había hecho-sigui Brenda- Enloqueció por completo y tuvieron que enviarlo lejos. Estoy segura de que pensaron que nadie creería su historia.

-¿Y por qué piensas que no puede ser él? Tal vez se puso bien y llegó hasta acá.

Brenda negó con la cabeza.

-Mira, todo es posible. Pero yo vi al tipo; era como si tuviera la Llamarada. Trataba de devorar los sillones, escupía, gritaba y se arrancaba el cabello.

-Yo también lo vi-intervino Jorge- Un día consiguió escapar de los guardias. Corrió desnudo por los pasillos, gritando con todas sus fuerzas que tenía escarabajos en
las venas.

-Me preguntó qué querrá decir con eso del Brazo Derecho.

-Por todos lados corren rumores acerca de él. Se supone que es un grupo clandestino que está empeñado en destruir a CRUEL.

-Mayor razón todavía para hacer lo que dice la nota-habló mi hermano.

-Yo realmente creo que lo primero es buscar a Hans-dijo Brenda.

-Vamos a ir a ver a Gally. Necesitamos a alguien que conozca la ciudad-dijo mi hermano agitando el papel.

-¿Y si se trata de una trampa?-pregunté

-Sí-dijo Minho-Quizá deberíamos pensarlo mejor.

-No-Thomas negó con la cabeza-Tenemos que dejar de intentar anticiparnos a ellos. A veces hacen cosas sólo para forzarme a hacer lo contrario de lo que ellos piensan que yo pienso que ellos piensan que yo quiero hacer.

-¿Eh?-preguntamos los cuatro al mismo tiempo, confundidos.

-De ahora en adelante haré lo que considere correcto-explicó-Y algo me dice que tenemos que ir a ese lugar a ver a Gally, al menos para averiguar si realmente se trata de él. Es una conexión con el Área y tiene todos los motivos para estar de nuestro lado-se quedo callado unos segundos obserbandonos-Muy bien. Interpreto todas esas miradas como respuestas afirmativas. Estoy feliz de ver que todos están de acuerdo conmigo. Veamos, ¿cómo llegamos hasta allí?

-¿Alguna vez oíste hablar de los taxis?-Brenda suspiró con exageración-Pero primero, vamos a comer.

Caminamos dentro del centro comercial, ingresamos a una pequeña tienda que estaba alli, y cada uno pidió algo para comer. Aproveche para alimentar a los niños, pedí un puré de calabaza con pollo para Dylan, y le di el pecho a Alaia.

Luego de eso, tomamos un taxi para que nos llevara donde queriamos. Jorge le entregó al conductor una tarjeta para pagar el viaje.

-¿Te preocupa que Gally supiera de nuestra llegada?-logré escuchar que le preguntó Thomas a Jorge en un susurro, este asintió.

-Un poco. Pero por la manera en que ese hombre se presentó, supongo que la noticia de que hubo una fuga pudo haberse filtrado y este grupo, el Brazo Derecho, nos ha estado buscando desde entonces. Escuché que tienen aquí su base de operaciones.

-O quizá tiene que ver con que el grupo de Teresa haya aparecido primero en esta ciudad-añadió Brenda, que al parecer también estaba escuchando,

-¿Están seguros de que saben lo que están haciendo?-le preguntó a Jorge.

-Todo va a estar bien, muchacho. Ahora que estamos aquí, a CRUEL se le va dificultar mucho dar con nosotros. En una ciudad es más fácil de lo que piensas mezclarse entre la gente. Tranquilízate.

El viaje a través de Denver resultó alucinante: los rascacielos gigantescos, los brillantes anuncios de publicidad holográfica, la infinidad de gente. Todo parecia tan irreal.

Carteles y letreros tapizaban las paredes de los edificios, la mayoría de ellos rasgados o manchados con pintura en aerosol. Algunos advertían sobre la Llamarada y especificaban qué precauciones había que tomar; otros hablaban de los peligros de
abandonar las ciudades o qué hacer si alguien se topaba con una persona infectada. Unos pocos tenían imágenes terroríficas de Cranks que estaban mucho más allá del Final.

Cuanto más nos alejabamos del muro que nos separaba del exterior, más sucias se volvían las calles. Había basura por todos lados, las ventanas estaban destrozadas y los graffitis decoraban casi todas las paredes. Y a pesar de que el sol se reflejaba en las ventanas más altas, se notaba una profunda oscuridad.

Dylan, que estaba en brazos de Minho (quien estaba sentado al lado mio), se giró hacia mi y me observó unos segundos.

-¿Papi?-preguntó finalmente, rompiendome el corazón.

¿Cómo le explicas a un niño de un año toda la situación que estabamos viviendo?

-Pronto volveremos con él ¿Si, bebé?-acaricié su mejilla, Dylan solo se giró hacia Minho preguntandole lo mismo.

El taxi dobló en un callejón, que estaba desierto. El auto se detuvo frente a un edificio de cemento que tendría unos veinte pisos de altura.
Cuando el conductor pasó la tarjeta de Jorge por la ranura y se la devolvió, todos bajamos del auto.

Una vez que el taxi se alejó, Jorge apuntó hacia la escalera más cercana.

-El número 2792 está justo ahí, en la segunda puerta.

-Parece muy hogareño-comentó Minho, mientras mecia a Dylan.

El sitio era muy poco atractivo y los ladrillos grises cubiertos de graffiti no ayudaban.

Desde atrás, Brenda le dio un empujón a Thomas para que caminara, porque se había quedado observando el lugar

-Fue tu idea, tú primero.

Thomas caminó hacia la escalera, subió lentamente, y todos los seguimos,

-Esto es una locura-murmuró Jorg- Una completa locura.

-Thomas le dio una buena paliza una vez; puede hacerlo de nuevo.

-A menos que él salga y nos apunte con un arma-replicó Jorge.

-¿Se pueden callar?-dijo Thomas. Sin decir una palabra más, extendió la mano y llamó a la puerta. Unos segundos después, ésta se abrió.

Un chico de pelo negro abrió la puerta. Gally. No cabía duda alguna.
Pero su rostro estaba lleno de cicatrices y gruesas líneas como babosas blancas y finitas. Su ojo derecho parecía estar inflamado y la nariz, estaba considerablemente torcida.

-Me alegra que vinieran -dijo Gally con su voz áspera-, porque el fin del mundo es inminente.

Los amodoro, y nos leemos pronto.

*Belu