-Prologo-

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Del producto de años de infidelidad e infelicidad, nació Mía.
Una buena chica, de corazón frágil y sentimientos reales, aunque la vida le haya dado malas cartas, desarrollo una personalidad que la protege, pero con un gran defecto gracias a su padre, Hector Palacios, quien la hizo una niña mimada y caprichosa por darle todo y aun mas de lo que necesitaba o merecía.
Pasando a su madre, una mujer ausente en su infancia y adolescencia, la cual vivía despreocupada y libre, de joven en joven, de copa en copa, de cama en cama. Dejo la crianza de su hija y los mejores años en manos de niñeras desconocidas.
Mía se crió entre llantos y gritos, entre triángulos amorosos, círculos viciosos y mentes cuadradas. Con falta de amor, comprensión y atencion, practicamente sola.
Lo único que aprendió de su padre fue odiar a la competencia y eliminarlas del camino. En este caso, hablamos de Dilan Ramin, hijo del existo empresario Augusto Ramin, la mayor competencia de la empresa "Palacios".

Amores TóxicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora