Las últimas horas de la tarde se esfumaron lentamente, mientras la lluvia golpeaba con rabia la ventana de su habitación.
Llevaba rato pegado al cristal, observando los charcos que se formaban en el suelo, con los ojos rojos e hinchados, su cabello con rulos estaba todo desalineado y la ropa sucia y arrugada.
Contempló con desgana como el agua se acumulaba en el suelo para luego resbalar lentamente hacía los imbornales. Junto al campanario de la iglesia, una paloma se refugiaba de la llovizna, buscando acomodo para pasar la noche. Harry la contempló con la mirada apagada, envidiando la con todo su ser; «¿Por qué tenía que ser todo tan difícil?». Deseó que su vida fuese como la de aquel animal: sin complicaciones, sin recuerdos, sin dolor...
Unos segundos más tarde la puerta de la iglesia se abrió y el padre Paul salió cubierto con un gorro y una gabardina. Cerró y se dirigió con paso rápido hacía su coche. Sacó la llave de su bolsillo y abrió la puerta. Justo antes de montarse en el vehículo, dirigió una mirada llena de tristeza hacia la ventana desde la que Harry le miraba.
Éste le hizo un leve gesto con la mano, aunque no obtuvo respuesta; el sacerdote se limitó a montarse en el coche. Harry no pudo contener las lágrimas mientras el vehículo se perdía calle abajo, difuminándose entre la cortina de agua que amenazaba con inundarlo todo.
El padre Paul había sido el único amigo de la familia en aquel pueblo de mala muerte, lleno de arpías con la lengua demasiado larga. Sus padres lo habían pasado realmente mal a consecuencia de su carácter alocado y extravagante y, cómo no, Paul fue el hombro sobre el que su madre lloraba cada vez que ella la insultaba presa de los ataques de rebeldía de la juventud.
Recordó el día en que tuvo que confesar a su madre que era gay; aquello fue la gota que colmó el vaso. Las gentes del pueblo se cebaron con sus padres y las habladurías fueron una dura penitencia que su madre soportó sin el apoyo de su padre, que se negaba a aceptarlo en casa.
Nueve meses más tarde nació Gemma la hermana de Harry ya que su madre hace 7 meses atrás se entero que estaba embarazada de Gemma. Harry creyó que aquello aliviaría la tensión que se había creado entre el, su madre y su padre, pero el efecto fue el contrario y nunca más pudo volver al que había sido su hogar desde niño.
Los primeros meses fueron muy duros. Sobrevivía gracias a la ayuda que le prestaba su madre en secreto y lo poco que ganaba trabajando de obrero. Afortunadamente,Nick apareció en su vida, y lo hizo de una forma algo cómica: aquel día, mientras limpiaba el suelo de una casa puerta, el chico entró a toda prisa, resbaló y se partió el codo en la caída.
Harry le acompañó al hospital en taxi y su conciencia le hizo quedarse con él hasta que un par de horas más tarde, con el brazo escayolado, el médico le dio el alta. Aquel día perdió su trabajo, pero ganó la segunda cosa más maravillosa que había tenido en su vida. Nick se encargó de devolverle la alegría que parecía haber perdido para siempre y, un año más tarde, se casaron.
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Sombras
FanfictionLo único que se preguntaba era. ¿Por qué tenía que ser todo tan difícil? Pero nadie le daba alguna respuesta.