Madre, estoy muerto

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Madre, mis huesos tocan el frio del abismo

apesar del fuego que en el cerro se enciende

dibujando de rojo una hoz y un martillo.

Madre, en las esquinas huele a muerto

y en el cielo se oyen las aves agitadas por el miedo

que volando dejaron sus crias en el fuego.

Los vecinos son  todos perros terrucos,

los militares lo dijeron, ellos saben todo

todo sobre mi, sobre ti, o eso parece.

Los vecinos son como gatos cobardes,

han escapado traicionando al pueblo

dejando la tierra, el cielo, sus animales.

Madre, mis huesos tocan el frio del abismo 

no soporto más, mi respiración se acorta,

mis ojos de negro se están cubriendo.

Madre, en las esquinas huele a muerto 

y en los cerros, los decapitados en fila van

recogiendo las cenizas de un infierno.

Los vecinos son  todos perros soplones,

los otros militares lo dijeron, ellos saben todo

todo sobre mi, sobre ti, o eso parece.

Los vecinos son como gatos salvajes,

arman revueltas, aman las guerras

golpean su puño izquierdo contra el cielo.

Madre, ¿Quienes son los buenos?

Ambos matan, ¿No serían ambos malos?

Madre, ¿Nosotros somos buenos?

Somos soplones, ¿Merecemos morir?

-Que la coca nos lo diga, hijo-

Madre, estoy muerto.

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⏰ Última actualización: Jul 21, 2013 ⏰

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