Severus Snape parpadeó y se removió dolorido sobrea cama de la enfermería que ocupaba. La boca le sabía a metal, por lo que intuyó que se le había administrado un antídoto contra el veneno que la serpiente de Voldemort le había inyectado con sus mordeduras. Si sentía dolor sólo podía significar una cosa: estaba vivo.
¿Habría acabado Potter con el Señor Tenebroso?
Intentó abrir los ojos del todo, pero como estaba tumbado no podía ver más allá del techo. Con dificultad se incorporó sobre la almohada e hizo un nuevo intento de enfocar la vista a su alrededor. Cuando lo consiguió sus ojos estuvieron a punto de salírsele de las órbitas y el corazón le empezó a latir tan deprisa que creyó que una taquicardia le fulminaría en ese mismo momento. Frente a él, Harry Potte y Lily Potter le miraban preocupados. ¿¿ Lily??
El pocionista sintió cómo la habitación daba mil vueltas a su alrededor y se nublaba todo excepto la imagen de la pelirroja. Cerró y abrió los ojos para asegurarse de estar despierto, pero ella no desaparecía. Se creyó loco. Tantos años de espía y de lucha por un sentimiento le habían trastornado. Pronto San Mungo contaría con un nuevo paciente en la sección de desequilibrados mentales.
-Severus, deja que te explique algunas cosas.-Albus Dumbledore se sentó en el borde de la cama del pocionista y durante unos minutos le comentó todo lo sucedido.
La cara del profesor Snape era todo un poema. Sus ojos pasaban de Dumbledore a Lily a una velocidad que debía ser tortuosa para las heridas de su cuello. Se le veía nervioso y sorprendido como nunca. Conforme Dumbledore iba entrando en detalles, Severus Snape dejó de prestarle atención para fijarse completamente en Lily.
Ella se dio cuenta de que Severus la observaba de arriba a abajo y no pudo evitar ruborizarse. Había conocido a ese hombre cuando sólo era un crío y ahora estaba tan...cambiado. Seguía con ese atuendo fúnebre de ropas negras y el pelo que le caía en dos cortinas, una a cada lado. Era un hombre fuerte y parecía más seguro de sí mismo que antes.
Decidió romper el hielo acercándose y sentándose en la cama para saludar a su viejo amigo.
-Hola Sev.
Un brillo inusual en los ojos de color azabache apareció y una tímida sonrisa conquistó las comisuras del pocionista.
-Hola Lily.
Dumbledore y Harry se dieron cuenta de que debían dejarles a solas para que tratasen esa conversación pendiente de varios años atrás: pedirse perdón. El anciano director y el Elegido se alejaron de Lily y el profesor Snape.
-Pareces cambiado. Si no fuera por tu look inconfundible, no te habría reconocido. Harry me ha dicho que te debe la vida y...
-Lo siento. Siento todo cuanto pasó. Jamás quise hacerte daño y sé que debería haberte hecho caso en su momento. Lo siento, Lily.
Severus Snape se incorporó un poco más y abrazó con fuerza a Lily Potter. Ésta se sorprendió ante aquel gesto,puesto que no recordaba que él la hubiera abrazado nunca antes. "Sí que ha cambiado..."-pensó.
Sobre el hombro de la mujer, Severus intentaba ahogar los sollozos que durante tanto tiempo habían estado secuestrados sobre el dolor de la pérdida. "Estás viva, estás viva"-se decía a sí mismo para intentar consolar ese sufrimiento que había sentido durante casi 17 años sin contar aquellos otros en los que Lily y él habían dejado de ser amigos.
Ella no pudo evitar que las lágrimas también conquistaran su rostro e intentaba consolarle. "Estoy aquí, contigo. El pasado ya se ha ido" Nunca se había imaginado el ser tan importante para Severus y mucho menos que protegiese al hijo fruto de su amor con James.
Estuvieron unos minutos abrazados y después la pelirroja se separó acariciándole la mejilla.
-Sev, tienes que descansar, tus heridas están aun muy recientes por lo que he oído decir a Madame Pomfrey.-le dijo Lily
-Eso ahora no importa. La prioridad es que tú estés bien.-dijo Severus acariciándo la mano de su amiga del alma.
-Vaya, vaya. Quejicus, la sección de criaturas extrañas se encuentra en otra planta-dijo Sirius apareciendo junto con James Potter.
-Canuto, no empecemos, por favor.
-Lily, cariño, vamos a dar una vuelta por Hogwarts. Quiero ver cuántos daños ha sufrido el castillo-dijo el marido de la mujer.
-Espérenme fuera.-les dijo mientras ambos ponían rumbo fuera de la enfermería.-Sev, luego me paso un rato a verte, ¿vale?
Severus asintió y con un apretón tierno de manos, la pelirroja se despidió para unirse a dos de los merodeadores.
Claro, Lily era la mujer de James, eso no había cambiado. La tenía de vuelta. Estaba viva. Pero había algo que nunca se le concedería: su amor.
Sin embargo, no podía ser egoista. Podrían ser amigos y él la amaría de lejos y en secreto. Contentándose con verla sonriendo tan bella y tierna como siempre.
Acababa de despedirse de Lily y ya la extrañaba. Necesitaba abrazarla. Se había sentido tan bien...
No quería agobiarla ni quería parecer un egocéntrico presuntuoso. Ella había dicho que le visitaría luego, así pues sólo tenía que esperar a que lo hiciera. ¿Pero cuánto tiempo es luego?
-Profesor Snape, ¿cómo está?-dijo Harry.
El pocionista buscó los ojos del muchacho para resguardarse en la imagen de Lily y entonces lo recordó. Antes de perder el conocimiento le había concedido al muchacho sus recuerdos. Eso significaba que...conocía la verdad.
Tenía que parecer tranquilo o Potter podría aprovecharse de la situación.
-Buenas tardes, Potter. ¿Qué quiere?
-Darle las gracias y pedirle perdón por todo lo ocurrido a lo largo de estos años.
Severus encontró sinceridad en esas palabras y decidió bajar la guardia y mostrar su preocupación sobre el que no se conociesen sus sentimientos.
-No son necesarios ni los agradecimientos ni las disculpas. Me contento con el hecho de que usted sabrá guardar silencio sobre todo lo que vio en el pensadero.-dijo Snape impasible.
El rostro de Harry se tiñó de color rojo por la vergüenza y no pudo evitar un leve titubeo:
-Yo...verá...creí que usted estaba muerto y...
-¿Y..?-dijo el pocionista con un tono peligrosamente amenazador.
-Y para que su imagen quedara limpia ante ojos de todos declaré lo que vi.
-¿A quiénes?
-A todos los habitantes del castillo.
Severus Snape se hundió sobre su almohada intentando no explotar de ira, vergüenza y miedo.
Continuará...
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Todos los muertos resucitan: Lily, James, Sirius...
Fiksi PenggemarCuando Harry derrota a Lord Voldemort, una misteriosa magia blanca atraviesa su cicatriz provocando una reacción inesperada: la resurrección de los muertos emparentados con él. James, Lily y Sirius vuelven a la vida de forma inexplicable. Severus Sn...