CAPITULO 1

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Jimin PVO

-Padre he pecado- Hola mi nombre es Park Jimin, actualmente soy un estudiante de último año de la escuela secundaria, se preguntaran que hago en estos momentos con una sotana, confesando a esta señora, bueno mis padres son los encargados de una pequeña iglesia, por lo que yo vengo todos los viernes a ayudarlos, en un principio pensé que me pedirían otra cosa, no se quizás limpiar la iglesia, traer agua bendita, cualquier cosa, todo menos tener que confesar a la gente, vamos quien soy yo para juzgar a las personas por sus pecados, ya llevo un mes ayudándolo y mi vida ha cambiado completamente, es difícil escuchar a las persona contar sus más oscuros secretos, decirles que serán perdonados, y después mirarlos a la cara al día siguiente, definitivamente esto no es lo mío, todavía recuerdo a la señora Min Young quien como secreto de confesión me dijo que engañaba a su esposo, y saben cuál era la manera de engañarlo?, cada vez que lo hacían ella le decía que era excelente en la cama cuando ni siquiera la calentaba, la pobre vieja me dijo que tuvo que comprarse un consolador para poder satisfacer sus deseos carnales, como penitencia le dije que tenía que rezar 10 padre nuestro y 20 ave marías.

-Cuéntame hija que es lo que te atormenta- Me parecía un poco gracioso tener que usar ese tipo de voz tan profunda, pero bueno hay que ponerle algo de emoción a esto. -Padre, no sé por dónde empezar- Siempre pasa lo mismo, le dan vuelta y vuelta al asunto, ¡Me aburro! -Por el principio hija mía- Di un suspiro pesado, cada vez esto se ponía peor, no sé qué haría si la gente se enterara que soy yo el que los confiesa, de seguro nadie me miraría a la cara. -Encontré unas películas eróticas en las pertenencias de mi esposo, las cuales yo vi para luego comenzar a tocarme con ellas- Creo que voy a vomitar, mierda como voy a mirar a la cara a la pobre señora Haneul, la pobre señora ya va a cumplir 50 años. -Tranquila hija, nuestro señor te perdonara, ahora serás liberada de ese mal, quiero que vayas a tu casa reces por cada vez que te has tocado viendo aquellas películas- Comencé a jugar con mis pies mientras decía lo primero que se me viniera a la mente. -Muchas gracias padre, me siento mejor- Creen que por venir a contar sus secretos serán perdonados que idiotas. Escuche la puerta cerrarse, me quede en silencio, ya estaba más que cansado, escuchar a 20 personas diciéndote puras idioteces te cansa, cerré un momento los ojos.

-Eh... Yo... Padre he pecado- ¡Esa voz! abrí de inmediato los ojos al sentir aquella voz, me acerque a un más a la pequeña puerta de madera que nos separaba, mirando por esos pequeños orificios y si era el, era Jeon Jungkook mi hermoso compañero de clases, era tan reservado, nunca lo había visto hablar con nadie más que no sea su único amigo Kim Tae Hyung, y ahora lo tenía aquí al frente mío, solo nos separaba una pequeña puerta de madera, ¡mierda! Qué clase de pecados tendría aquel chico si es como un ángel. -Cuéntame hijo que es lo que te atormenta- Trate de que mi voz sonara aún más profunda para que no me reconociera. -Yo me he enamorado de un hombre- ¿Qué? ¿Qué es lo que está pasando? mi hermoso ángel se ha enamorado, ¿Quién es el bastardo con tanta suerte? -No sé qué hacer padre, cada vez que pienso en el mi corazón comienza a latir como loco, cuando trato de concentrarme en mis estudios el viene a mi cabeza y no puedo pensar, todos los días al llegar a mi habitación, yo.... Padre yo cada vez que llego del instituto cometo un acto impuro- ¿Acto impuro? A que se refiere... ¡mierda! No me digas que él se lo hace, cálmate Park respira....

-¿Qué clase de acto impuro? es lo haces hijo mío- Me acerque aún más para poder verlo, Jungkook se encontraba con sus mejillas sonrojadas, se veía aún más hermoso de lo que era, se comenzó a remover incomodo hasta que por fin hablo. -Yo me toco todos los días pensando en el- Ahora si me dará algo, mierda cómo es posible que me esté pasando esto, un calor me comenzó a recorrer todo el cuerpo, mi respiración se comenzó a agitar mi voz se puso aún más profunda.

-Tu qué es lo que imaginas cuando lo haces...- Aquellas palabras salieron solas de mi boca, tranquilo Jimin, comencé a golpearme mentalmente, tenía que calmarme. -Imagino que estoy en el baño del instituto, estamos los dos juntos discutiendo, y cuando estoy a punto de irme, él me toma del brazo, me empotra contra la pared, mientras me besa desesperadamente, su lengua siempre es demandante y posesiva, son sus manos comienza a recorrer todo mi cuerpo, desabrocha cada botón de mi camisa para luego pasar su lengua por todo mi torso, chupa y muerde de manera desesperada mi pezón, comienza a descender con sus besos hasta llegar a mis partes íntimas las cuales quedan al descubierto...- Un leve gemido se escapó de mis labios al escuchar aquello, lleve inmediatamente mis manos a mi boca, rezando para que Jungkook no me haya escuchado, acercando lentamente mis manos a mí ya notable bulto, me toque por encima de la estúpida sotana, ¡Santa mierda! Desde cuando me daba tanto calor con esta cosa, con voz más profunda.

PECADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora