Capítulo 30.

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Había pasado un mes desde el incidente de las llaves por lo que ya era 31 de noviembre. Faltaban tan solo 11 días para el recital de Alice y esta se pasaba las 24 horas diarias practicando ante su piano.

-Papá ¿crees que lo haré bien? - preguntó Alice a su padre sentada desde el piano. 

-Lo harás perfectamente. Lo se, porque no dejas de practicar una y otra vez. 

-Gracias papá. Algún día me subiré aun escenario contigo y cantaremos juntos. 

-No lo dudes. Te estaré esperando allí dónde quieras ir. 

-Gracias. Te quiero - dijo Alice besando a su padre en la mejilla entonces llamaron a la puerta y Pablo fue a ver quien era. 

-Pasa, Julia. 

-Gracias. Hola Alice. 

-Hola Julia. 

-Kevin me dijo que en once días sería el recital y que estabas muy nerviosa y traje un pastel para que merendásemos todos juntos. - dijo tendiéndole la caja. 

-Muchas gracias, Julia. - dijo y fue a coger las platos y las cosas para comer el pastel. 

-Espero que no te importe que haya venido sin avisar. - dijo Julia mirando a Pablo. 

-No, no importa, las puertas de esta casa siempre te estarán abierta a ti y a Kevin. - dijo desviando la mirada de los verdes ojos de Julia. 

-Gracias. Oye, dentro de  dos semanas será mi cumpleaños ¿querrías venir a cenar conmigo?- dijo tímidamente.

Pablo perplejo la miró. 

-Si, no me importaría. 

-Entonces ya te voy contándo. - dijo y Kevin y Alice ya habían preparado un trozo de pastel para cada uno y lo habían puesto encima de la mesa junto con cuatro vasos de zumo. Todos se sentaron a la mesa para poder tomar su merienda pero antes todos alzaron su vaso y brindaron. 

-Por la futura mejor cantante. - dijo Kevin. 

-Por la descendiente de Pablo Alborán - dijo Julia. Todos brindaron y bebieron sus zumos. 

-¿Crees que pueda escuchar la canción, Alice?

-Lo siento pero es una sorpresa pero puedo tocarte otra. 

-Claro. - Julia fue al piano dónde Alice colocó sus dedos y comenzó a tocar una melodía que conocía de sobra. 

''No queda mas que tú 

No queda mas que yo 

En este extraño salón 

sin nadie que nos diga donde como 

y cuando nos besamos ''

La pequeña tocaba cada tecla y cada acorde al ritmo de la música y todos sonaban perfectamente y su dulce voz entonaba aquella canción que ya de por si era hermosa. Cuando terminó de cantar, Julia salió de su pequeño ensoñamiento, del pequeño viaje que aquella dulce voz le había afrecido. 

-Es hermoso. - dijo Julia - es la mejor adaptación de esa canción que he escuchado, Alice. Ha sido totalmente hermoso. 

-Alice, has cantado muy bien, si lo haces así en el recital todo el mundo quedará sorprendido. 

-Gracias Julia- dijo la pequeña abrazando a Julia. Pablo las miró, Alice había tocado como nunca lo había echo, había tocado con sentimiento dejando que sus receptores, ellos, pudiesen sentir lo que ella sentía, tristeza y amor. Alice estaba triste y eso decía su música y es que no había mayor verdad que el sentimiento de la música de un músico.

Adoptada por Pablo AlboránDonde viven las historias. Descúbrelo ahora