Capítulo I: El orfanato

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-No me quiero ir, no dejes que me lleven-.

Esas fueron las últimas palabras que escuché decir a mi mejor amigo antes de ser adoptado por una familia de militares. El orfanato ya tenía unos 30 años ayudando a encontrar padres para los niños sin hogar. Sin embargo, los niños siempre estaban asustados antes de irse, no solo por la idea de ser parte de una nueva familia, o incluso por las veces que nos han regresado por no estar conformes con nosotros, sino porque cuenta la leyenda que el orfanato antes vendia a los niños de forma ilegal, o al menos eso nos había contado Aldo, el chico más veterano del orfanato, él tenía 17 años el día que se fue, era alto, de cabello castaño y era muy respetado. Él decía, que; una vez bajo a buscar un expediente, y vio "Los expedientes secretos" que siempre estaban guardados bajo llave al fondo del salón donde se archivan los expedientes,en una caja de madera alta, que dice en letras rojas "confidencial". Pero aquél día la caja estaba abierta, Aldo se asomó y vio unos papeles que decían "Para triturar" los empezó a hojear y hablaban de varios niños con la dirección donde se perdieron, y de a quien fueron vendidos. Los niños más pequeños le preguntabamos a la directora sobre el tema, y ella decía que era la dirección donde los niños de la callé habían sido encontrados, y los señores eran los padres de los niños que fueron localizados, y se iban a triturar porque ya llevaban aproximadamente 15 años solo quitando espació, pero cuando Aldo contaba la historia, siempre podíamos ver las lagrimas en sus ojos, y su voz tan calmada y tenebrosa, las monjas dicen que él hacía eso para asustarnos, pero todos le creían más a Aldo él decía que nos iba a ayudar a encontrar la verdad, a pesar de eso nunca hizo más que contarnos ese tipo de historias, y después fue adoptado por un par de viejitos que vivian en la ciudad, sin embargo sus historias son contadas a cada niño nuevo que viene al orfanato, yo no me asustaba tanto porque pensaba que no me iban a adoptar nunca, pues ya tenía 13 años, pero un día, mientras contaba la historia a un par de amigos de 9 años, llega una monjita, asota la puerta, me mira a los ojos y dice en un tono oscuro:

-Jermias, ha llegado el momento- Mi corazón empezo a latir cada vez más fuerte, mis manos empezaban a sudar, mi respiración era más densa en cada exhalación.

Entré en la habitación donde nos interrogan para ver si nos quieren adoptar. Era una pareja común y corriente no tenían nada raro o extraño, nisiquiera se veían como violadores o asesinos como decía Aldo, pero era muy temprano para llegar a una conclusión razonable, aún así su aspecto tierno me dio confianza, primero se presentaron:

-Hola mi nombre es Maximiliano- Dice el señor.

-Y mi nombre es Lorena- Explica la señora.

Después de hablar con ellos un rato, y de bromear entré conversaciones, me di cuenta de que ellos pidieron especificamente "Un niño calmado, y responsable, sin importar la edad o el genero" eso hizo que me diera más confianza, eran las primeras personas que me entrevistaron en lo que llevo de vivir en el orfanato. El señor dice:

-Bueno creó que ya tomamos una desición-.

Nos despedimos y dijo la señora:

-Vendremos por ti en 3 días-.

3 días para despedirme de mis amigos, 3 días para despedirme de las monjas, 3 días para despedirme de la vida que llevaba hasta ahora, solo 3 días.

-Pero ¿Qué podría pasar si no me quieren?¿Alguien más me podría adoptar?¿Y si en realidad no son tiernos y son violadores?- Me quedé pensando toda la noche en eso.

Al día siguiente, a las 3:00 de la tardé veo a Aldo caminar por el pasillo: y todos nos acercamos a preguntarle si había regresado, a lo que él respondió:

-No, no he regresado, solo vine a recoger unos papeles, y a saludar ¿Cuales son las nuevas?- pregunta con voz de sargento.

-Tenemos 4 bajas señor, 2 cabos, uno de fuerzas especiales, una Chica de Guerra y Jeremias se encuentra herido en estado crítico, señor-.

-Es peor de lo que pense, Cabo pasame la lista de bajas.

-Tomas, René, Rogelio y Janeth-.

-Eran muy jovenes-.

Aldo tenía un "Escuadron" para desenmascarar al orfanato, por lo que hablaban como soldados, y usaban codigos;

Bajas: niños que ya fueron adoptados.
Heridos: eran los que ibamos a ser adoptados, o estabamos entre una de las opciones.
Cabo: eran los nuevos, los recien engresados al orfanato.
Lobo de escolta: eramos los que liderabamos un grupito chico (yo lideraba un grupo de 4 personas junto a mi mejor amigo Tomas )
Veteranos: eran los que llevaban más de 10 años en el orfanato (yo no contaba ya que yo llevaba solo 5 desde que me encontraron en la calle)
Chicas de guerra: eran las niñas que estaban en el "Escuadron".

-Jeremias, un paso al frente- Grita Aldo con voz de sargento.

-Señor, sí señor-.

-¿Qué tan crítica es su situación, lobo?-.

-Solo me quedan 3 días, señor-.

-Lo vamos a extrañar Lobo usted fue un importante miembro en éste "Escuadrón"- Nos despedimos poniendo la mano sobre la frente.

Para entrar en el "Escuadrón" solo tenías que pedirlo, pero a diferencia de los demás, el día que yo entré fue diferente: yo tenía 9 años, recien había entrado al orfanato después de que mis padres habían muerto en un incendió, yo estaba muy trizte, llorando alejado de todos, a pesar de que ellos me intentaban hablar, yo los rechazaba, hasta que un día se acerca Aldo y me dice:

-Sé que es duró perder a los padres, yo perdí a los mios en un choqué, pero no llores, tranquilo, te voy a hacer jefe de un grupo en mi escuadrón, sera un lobo de escolta y lideraras con Tomas-.

Después de eso fui conociendo a todo el orfanato y emepecé a descubrir está familia, llena de lealtad y apoyó moral. Fue difícil separarme de ellos.

El Par, De TresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora