Joseph's PoV.
—¿Qué haces en el piso? —me preguntó mamá entrando a mi habitación.
—Pensando —le dije sin moverme de allí.
—Emilia ya te pegó sus cosas, ¿verdad? —suspiré, ella también era la causa de estar en el piso.
—Sí, ¿qué te trae por aquí? —pregunté, si no lo sabían, ella pasaba más tiempo en su despacho que paseando por la casa.
—¿Qué no puedo salir un rato de la monotonía y saber cómo están mis hijos? —preguntó retóricamente —Además, me dio curiosidad cuando te vi, ¿qué tienes?
—¿Cómo sabes que me ocurre algo? —le pregunté apoyándome en un brazo para levantarme.
—Soy tu madre, eso es suficiente —me respondió. Bueno, algo de lógico tenía.
—Bueno, verás, ¿recuerdas a Phillip? —si pretendía contarle algo, no iba a decirle que se trataba de mí mismo, tenía que usar alguna referencia, a veces mi madre era algo exagerada.
—Sí, me acuerdo de él, ¿qué tiene?
—Simple, tal vez no tanto, pero me agarró de su doctor corazón o algo así y se puso a contarme su vida, estaba aburrido así que lo escuché.
—Oh, vaya. Eso es interesante, pero por favor, párate del piso y siéntate como la gente normal que no me concentro —me pidió. Me levanté y fui a ubicarme en la cama mientras mi madre salía del borde la puerta e iba a la silla del escritorio a sentarse.
—Como decía, al parecer está empezando a sentir cosas por una chica... Y no me preguntes el nombre porque no me acuerdo —y no tenía ganas de inventarme una persona —Es muy cercano a ella, nunca se había dado cuenta, pero últimamente le ocurren cosas raras...
—¿Cómo qué? —preguntó con curiosidad.
—Bueno, me dijo que... A veces se pierde en su mirada, o se queda viéndola como tarado, tiene la estúpida necesidad de protegerla de todo aun cuando sabe que ella es lo suficientemente fuerte para salir adelante y sin problemas sola, y aunque suene extremadamente cursi, cree que verla reírse, o solo el hecho de verla era motivo de hacerlo sonreír, bueno, eso dijo —o al menos eso siento yo...
—Después de eso, me pidió que lo ayudara a saber qué demonios le ocurría y un consejo, pero le dije que le hablaría más tarde cuando analizara la situación con cuidado, así que aquí estamos... Creo que ya se me fundió el cerebro en buscar una respuesta, ¿ayuda? —pedí tirándome a la cama.
—¿De verdad no sabes que le sucede a ese chico? —negué con la cabeza, mi madre rodó los ojos.
—¿Qué no es obvio? Le gusta, y a juzgar por tu descripción, hasta podría afirmar que se enamoró de ella, así de sencillo.
Me reí, eso no podía ser cierto.
—Estás mintiendo —le dije.
—¿Quieres saber cómo estoy tan segura? —preguntó, asentí.
—Bien, responde estas preguntas, ¿siente ganas de estar a su lado todo el día?
—Por lo que me dijo, sí —y por lo que pienso, también...
—Ok... ¿Se aburre alguna vez cuando está a su alrededor?
—Definitivamente no —¿quién se aburriría con ella?
—¿Le han dado celos que no puede explicar? —dudé un poco con esa.
¿Tener ganas de asesinar a alguien cuando un chico hablaba demasiado cerca de ella cuenta cómo celos?
Joder, ¿a quién engaño?
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Un corazón por sanar
Teen FictionSiempre se está conociendo y descubriendo nuevas personas, la mayor parte del tiempo, lo hacemos por casualidad. Y al final, la mayoría de esta gente cree que una de esas casualidades es lo mejor que les podría haber pasado. A ellos les sucedió así...