El nuevo Shaman King y el deseo de los grandes espíritus

Una luz blanca surgió en medio de la batalla de Yoh y Hao Asakura, después de eso, los jóvenes aparecieron en otro lado, sin saber que ocurría decidieron volver a sus hogares, un pequeño joven tenía demasiadas dudas sobre lo que le pasó a Hao Asakura, ¿Realmente había muerto? O... ¿Se había convertido en el Shaman King?

Luego de varias semanas, los jóvenes se despidieron y cada uno retornó a sus hogares, todo marchaba con normalidad en la casa de los Asakura, sin embargo en el reino de los grandes espíritus.

-Tendrás que aprender la lección, hemos decidido que te convertirás en el Shaman King, sin embargo tus deseos malvados impiden que podamos fusionarnos contigo, así que te mandaremos al mundo humano para que aprendas que todos son pecadores, pero todavía existen personas de buen corazón- Esto decían los grandes espíritus a un joven castaño de larga cabellera.

-¿Qué quieren decir con eso? ¿Quieren mandarme a mí, el gran Hao Asakura, ganador del torneo de shamanes a la tierra? Eso jamás- Replicaba el mayor de los Asakura.

-No tienes otra elección- Replicaron los grandes espíritus, luego una luz brillante segó al mayor de los Asakura, y lo trasladó a Tokio, sin nada, sin espíritu, solamente era un humano ordinario.

-Pero qué demonios me hicieron- Gritó Hao, mientras las personas lo observaban, la única habilidad que tenía era para leer los corazones y mentes de las personas, pero eso no le servía de mucho en esa situación.

Pasaron varios días y Hao se situaba en una banca, todos pasaban y observaban las condiciones en la cual se encontraba pero nadie hacía nada para ayudarle, era época invernal, así que hacía demasiado frío, estaba sucio y temblando.

-Maldita sean los grandes espíritus, los malditos humanos no me ayudarán- Replicaba Hao en su mente, mientras cerraba los ojos, se encontraba demasiado débil, no había experimentado nunca esa clase de debilidad.

Luego de un lapso de tiempo, sintió que alguien le tocaba la cara, pero se encontraba demasiado débil para abrir los ojos.

-Cielos...es realmente muy apuesto- Pensaba una joven de larga cabellera negra, que limpiaba su rostro con un pañuelo blanco.

El chico por fin tuvo fuerzas para despertar así que sujetó la mano de la chica y abrió los ojos

-¿Quién eres tú?- Dijo el joven con fuerza y un tanto molesto, mientras sujetaba su mano.

-Disculpa, es sólo que...- La chica no sabía cómo responder, el que se haya despertado de esa forma la sorprendió demasiado.

-¿Qué quieres?- Preguntó Hao, mientras soltaba su mano y la observaba, al sentir su corazón no sintió ningún rastro de oscuridad, o al menos no tanto como los demás que lo ignoraban.

-Es que...está nevando y sí se queda aquí, se enfermará- Respondió la joven, mientras señalaba el cielo y tal como ella había dicho, estaba empezando a nevar.

-Demonios, no tengo a donde ir- Volvió a decir Hao, mientras suspiraba.

-Bueno...sí gusta puede venir conmigo, hay suficiente espacio en mi casa- Sonrió la joven.

El chico no podía entender tal ofrecimiento, era un completo extraño para esa mujer, aun así ella le ofrecía llevarlo a su hogar ¿Y sí era un asesino?, realmente no lo comprendía.

-Está bien- Luego de estar un rato en silencio, accedió, se levantó débilmente y comenzó a caminar con dificultad, tenía hambre, sueño y frío, sin embargo la joven colocó en su cuello una bufanda roja que estaba calientita, el joven se sorprendió por lo que había hecho, pero no dijo nada.