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•🍵•

La puerta de la cafetería se abrió, apareciendo por está Bae JinYe, una estudiante de chino que recientemente acababa de llegar a la ciudad de Seúl por el trabajo de sus padres, dejando atrás su vida en Bucheon.

Desde que había llegado a Seúl, el maestro Cheng era quien la recibía en la cafetería pero esa tarde al parecer no estaba presente.

JinYe lo buscó con la mirada, topándose con un chico bastante más alto que ella, quedando embobada al instante, nadie había llamado tanto su atención. Su mirada se quedó en el unos segundos, hasta que el chico se dio cuenta y fue acercándose a ella.

— Buenas tardes, ¿A quien buscas? — La voz grave del chico retumbó en los oídos de ella, estremeciéndola.

—Bueno...este...—Balbuceó mirando al chico que mantenía un delantal, declarando que el trabajaba en la cafetería. — Buscaba al maestro Cheng, pero veo que no está.

El chico sonrió al ver el nerviosismo con el que la chica hablaba.

— Él ha salido hace unos momentos, pero puedo yo atender tu pedido. — Dijo este mostrando su gran sonrisa.— Pero debo atender unos cuantos pedidos primero, por mientras ponte cómoda, con permiso.

—Oh, Ya veo. . .claro, puedo esperar.— Le dijo esta para luego ver como el chico se retiraba a atender las otras mesas.

Se mantuvo quieta en su lugar por unos segundos, pero luego se encaminó hacia la mesa en la que se sentaba usualmente desde que había llegado a Seúl.

JinYe iba todos los días a estudiar chino en la silenciosa cafetería, retirándose a altas horas de la noche.

Puso sus libros sobre la mesa y abrió uno de ellos en la lección número cinco. Se mantuvo leyendo aquella lección hasta la llegada del chico a su mesa.

— ¿Qué pedirás? —Habló el mayor con una libreta en su mano izquierda y en la diestra traía un bolígrafo.

— Un capuchino y. . . podrían ser unas galletas de canela para acompañar. — Le habló con claridad en sus palabras.— Por favor.

— Claro. . . un capuchino y galletas para acompañar. — susurró lo ultimo para si mismo, mientras anotaba el pedido de la chica, desconocida para él.— Ya vuelvo. —se retiró sin antes hacer una pequeña reverencia.

Por segunda vez en el día, vio como el chico se alejaba pero esta vez iba a volver con su pedido. Dirigió su mirada al gran ventanal que estaba a su lado, en el se reflejaba la cafetería por dentro, por lo que en esos momentos dejaba ver la entrada de la cocina, donde estaban las cafeteras y donde se encontraba él.

Se mantuvo en esa posición bastante rato, a través del reflejo del vidrio, vio como el chico se acercaba a ella con una bandeja en mano, la cual traía su pedido. Esperó a que el chico llegara a su mesa para poder pasar desapercibida, tal como si estuviese mirando hacia la calle.

—Hey, acá está tu pedido.—mencionó mientras retiraba el pedido de la bandeja, dejándolo encima de la mesa, puso la bandeja debajo de su brazo.— Disfrútalo.

La chica retiró su mirada del ventanal para luego mirar al chico, sonrió tontamente ante las palabras del chico y luego lo vio retirarse hacia la cocina.

[. . .]

La noche había caído y JinYe estaba levantando sus cuadernos para luego meterlos en su bolso, ya que era hora de irse.

Antes de tomar sus cosas y marcharse, tomó una servilleta, mientras hacia con ella unas vueltas raras, para terminar en sus manos un conejillo de servilleta, agarró un bolígrafo de la parte posterior de su bolso y con aquel lápiz, escribió unos números.

Aquel conejillo lo dejo a un lado de la taza de que café que ella había consumido y luego tomo con firmeza su bolso y salió de aquella peculiar cafetería sin antes despedirse de el maestro Cheng, que había llegado durante la tarde.

¡Hola!

Bueno, esta sera mi primera historia, espero que puedan darle mucho de vuestro amor a este FanFic. este sera el capitulo cero y una vez que el fic tenga unos que otros lectores, la empezaré, espero que sea de su agrado y deseenme suerte. ^^

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