Influencias negativas

Capítulo VI

Miré mi reloj de mano, los minutos pasaban como segundos y las horas como minutos. Ya era al anochecer, se veía que el cielo ya perdía su fuerza, oscureciéndose en lo alto, dejando a la Luna haciendo el trabajo de iluminar junto a todas aquellas diminutas motas, denominadas estrellas, que según la distancia pueden ser grandes o pequeñas. El sol se escondía por las montañas, formado el ocaso.

Aceleré el paso para llegar a casa, no quería contar a mis padres nada sobre lo sucedido del día de hoy. Abrí la puerta principal y estaba la luz del salón encendida, con una ventana cerca de la cocina en la que pasaba una ráfaga de aire. Me acerqué y la cerré. En la cocina me dí cuenta que habían dejado una nota en la nevera que decía: "Cariño hemos salido, si tienes hambre prepara lo que te apetezca, te queremos, Papá y Mamá". Cogí una manzana y subí a mi dormitorio. Estaba tan preocupada que no sabía que podía hacer. Ahora no sabía donde estaban mis padres ni que pasó con el chico que me salvó. Quería que se acabara este día nefasto así que pensé que la mejor opción fue dormir y que fuese un nuevo día.

Me desperté a media noche de una pesadilla. Estaba sudando. Cogí el móvil y vi la hora, 3:47. Me levanté y abrí la puerta, estaban mis padres hablando sosegadamente en el comedor. Me acerqué a la barandilla de la escalera e intenté escuchar.

- Mejor que Cassy no lo sepa... cuando crezca lo entenderá...- Oí susurrando entre ellos. Escuché que mi padre al andar que crujía el suelo, subiendo escalones. Rápidamente entre a mi habitación, cerré la puerta y me metí en la cama. De repente el bote de bolígrafos y lápices resbaló de la mesa del escritorio y se cayó al suelo provocando un sonoro ruido. Mi padre entró y dijo

-¿Cassy estás despierta?- Dijo preocupado. Estaba nerviosa pero intentaba no temblar, haciéndome la dormida. Se acercó y me dio un beso en la mejilla. Al irse oí "ojalá nunca llegue a enterarse".